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Bloque
5. El período de entreguerras, la II Guerra Mundial y sus consecuencias
Contenidos
Economía,
sociedad y cultura de la época: los años veinte.
La
revolución rusa, la formación y desarrollo de la URSS.
Tratados
de paz y reajuste internacional: la Sociedad de Naciones.
Estados
Unidos y la crisis de 1929: la Gran Depresión y el New Deal.
Europa
occidental: entre la reconstrucción y la crisis.
Los
fascismos europeos y el nazismo alemán.
Las
relaciones internacionales del período de entreguerras, virajes hacia la
guerra.
Orígenes
del conflicto y características generales.
Desarrollo
de la II Guerra Mundial.
Consecuencias
de la guerra.
El
antisemitismo: el Holocausto.
Preparación
de la paz y la ONU.
Criterios
de evaluación
1.
Reconocer las características del período de entreguerras insertándolas en los
correspondientes aspectos políticos, económicos, sociales o culturales.
2.
Esquematizar el desarrollo de la Revolución Rusa de 1917 reconociendo sus
etapas y sus protagonistas más significativos y estableciendo sus
consecuencias.
3.
Identificar los tratados de paz de la I Guerra Mundial estableciendo como una
consecuencia el surgimiento de la Sociedad de Naciones.
4.
Explicar la Gran Depresión describiendo los factores desencadenantes y sus
influencias en la vida cotidiana.
5.
Reconocer la trascendencia de los fascismos europeos como ideologías que
condujeron al desencadenamiento de conflictos en el panorama europeo del
momento.
6.
Establecer las etapas del desarrollo de la II Guerra Mundial, distinguiendo las
que afectaron a Europa y las que afectaron a Estados Unidos y Japón.
7.
Analizar el papel de la guerra mundial como elemento de transformación de la
vida cotidiana.
8.
Obtener y seleccionar información escrita y gráfica relevante, utilizando
fuentes primarias o secundarias, relativa tanto al período de entreguerras como
a la II Guerra Mundial y la postguerra.
Estándares
de aprendizaje evaluables
1.1.
Explica las características del periodo entreguerras a partir de
manifestaciones artísticas y culturales de comienzos del siglo XX.
2.1.
Identifica y explica algunas de las causas de la Revolución Rusa de 1917.
2.2.
Compara la Revolución Rusa de Febrero de 1917 con la de Octubre de 1917.
3.1.
Explica los acuerdos de los tratados de paz de la I Guerra Mundial y analiza
sus consecuencias a corto plazo.
3.2.
Analiza el papel que juega la Sociedad de Naciones en las relaciones
internacionales, a partir de fuentes históricas.
4.1.
Interpreta imágenes de la Gran Depresión.
4.2.
Comenta gráficas que explican la crisis económica de 1929.
5.1.
Compara el fascismo italiano y el nazismo alemán.
5.2.
Distingue símbolos de los fascismos europeos de la primera mitad del siglo XX.
5.3.
Analiza a partir de diferentes fuentes contrapuestas las relaciones
internacionales anteriores al estallido de la II Guerra Mundial.
6.1.
Identifica y explica las causas desencadenantes de la II Guerra Mundial a
partir de fuentes históricas.
6.2.
Explica las etapas de la II Guerra Mundial tanto en el frente europeo como en
la guerra del Pacífico.
6.3.
Analiza el desarrollo de la II Guerra Mundial a partir de mapas históricos.
7.1.
Describe las consecuencias de la II Guerra Mundial.
8.1.
Analiza imágenes que explican el Holocausto llevado a cabo por la Alemania nazi.
8.2.
Sintetiza textos que explican la intervención de la ONU en las relaciones
internacionales y asuntos de descolonización.
LA
SEGUNDA GUERRA MUNDIAL.
La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) se
desarrolló en varios frentes: Europa, norte de África, sudeste de Asia y en el
Pacífico. En los desiertos, estepas y ciudades, por tierra, mar y aire,
combatieron soldados de los más diversos pueblos y etnias, y las víctimas
civiles superaron a las bajas militares.
La Alemania nazi desencadenó la guerra y
se alineó con la Italia fascista y el militarismo japonés. Frente a ellos, el
bloque aliado lo integraron las naciones democráticas de Europa, Estados Unidos
y la Unión Soviética.
Se saldó con pérdidas humanas y
materiales muy superiores a las de la Gran Guerra. Tras varias conferencias
internacionales, el mundo se reorganizó bajo el dominio de dos grandes
potencias vencedoras: Estados Unidos y la Unión Soviética. La ONU sustituyó a
la Sociedad de Naciones.
1.
Los
orígenes y causas del conflicto
1.1.
La política exterior de los totalitarismos
A partir de 1933, la Alemania nazi
desarrolló una política exterior agresiva que desestabilizó Europa. Hitler
buscaba dominar el «espacio vital» que, por la grandeza de su patria, creía
corresponderle. De otra parte, el Führer canalizó los resentimientos de parte
de la población, humillada por el Tratado de Versalles. Ante las agresiones
alemanas, las potencias occidentales practicaron una política de apaciguamiento
e hicieron concesiones, en tanto los soviéticos pactaban con Alemania el
reparto de la vecina Polonia.
Por su parte, la Italia fascista
practicó una política expansionista, en este caso sobre Abisinia (actual
Etiopía) y los Balcanes. También Japón, con los militares en el poder, buscó su
expansión territorial en Asia continental.
1.2.
Factores económicos
La Gran Depresión puso fin a la
colaboración internacional. El recelo, el proteccionismo y la lucha por los
mercados se impusieron. La política autárquica de Alemania se mostró
insuficiente, por lo que presionó sobre Europa oriental en busca de materias
primas, mercados y lugares donde establecer su población.
El hundimiento de las economías
nacionales por razones externas y la falta de ayuda entre los Estados
propiciaron un clima de desconfianza en el que todos se culpaban entre sí y
donde el otro era percibido como enemigo.
1.3.
El militarismo
El militarismo se impuso en las
sociedades totalitarias. Uniformes, desfiles y concentraciones militares se
volvieron elementos cotidianos, exaltados con un lenguaje belicista. El
desarme, promovido por la Sociedad de Naciones y por el Pacto Briand-Kellog
(1928), cayó en el olvido, incluso para las democracias.
1.4.
Las reivindicaciones territoriales
Las reivindicaciones territoriales,
nunca resueltas ni olvidadas, volvieron a esgrimirse en estos tiempos
turbulentos.
La Alemania nazi pedía los Sudetes y la
anexión de Austria. Al mismo tiempo, alemanes y franceses se disputaban Alsacia
y Lorena, y el Sarre. La URSS deseaba ampliar sus territorios por el oeste, y
ni soviéticos ni alemanes se conformaban con las fronteras polacas. Los
italianos, a su vez, reclamaban los territorios irredentos y Albania, en los
Balcanes. Bulgaria aspiraba obtener una salida al mar Egeo. En Asia, Japón
buscaba imponer su supremacía en China.
Los países totalitarios
emprendieron amplios programas de rearme, copiados por las dictaduras europeas
y seguidos, tardíamente pero con decisión, por las potencias democráticas.
Hitler denunció el Tratado de
Versalles y emprendió una política exterior agresiva, basada en el rearme y la
puesta en pie de un formidable y moderno ejército.
1.5.
Las relaciones internacionales en la preguerra
En la década de 1930, el mundo conoció
una serie de conflictos y pactos que condujeron finalmente a la guerra.
La
crisis de Manchuria
En 1931, el Imperio japonés invadió la
región china de Manchuria, donde estableció el Estado de Manchukuo. Ante la
tímida condena de la Sociedad de Naciones, Japón se retiró de este organismo
internacional.
En los años treinta, el Imperio japonés
fue conocido como el del Sol Naciente. Estaba regido por el emperador Hiro Hito
y gobernado en la práctica por militares. Aspiraba a conseguir su “espacio
vital” en Asia.
Las
aspiraciones alemanas sobre Austria y la anexión del Sarre
En Austria, el canciller Engelbert
Dollfuss fue asesinado el 25 de julio de 1934 por nazis austriacos, partidarios
de la unificación de Alemania. Con el apoyo de estos, Hitler intentó invadir el
país, pero Mussolini, desde el sur, lo disuadió de ello con una rápida
movilización de sus tropas.
Al año siguiente, se produjo la
incorporación del Sarre al Tercer Reich. Era una región al oeste de Alemania,
rica en minas e instalaciones industriales, que el Tratado de Versalles había
puesto bajo administración de Francia por quince años, hasta de sus habitantes
votasen en referéndum. El 13 de enero de 1935, un 90,8% de los votantes aprobó
la reincorporación del Sarre a Alemania, lo que constituyó la primera anexión
territorial de la Alemania nazi. Ese mismo año, Hitler ordenó el rearme
inmediato del país, que en poco tiempo pasó a contar con un ejército moderno y
muy bien preparado. Renania, contraviniendo lo dispuesto en Versalles, fue
ocupada militarmente por tropas alemanas.
La
guerra de Abisinia
En 1935, con el pretexto de tener un
conflicto con la Somalia italiana, Italia invadió Abisinia (actual Etiopía),
país africano. Tras una corta y desigual guerra, Italia derrotó al emperador
Hailée Selassie, estableció un protectorado sobre el territorio y Víctor Manuel
III fue proclamado nuevo emperador de Abisinia. Italia abandonó la Sociedad de
Naciones en rechazo a las sanciones que le fueron impuestas y comenzó su
acercamiento a Alemania.
La
Guerra Civil española (1936-1939)
En julio de 1936, un golpe militar
contra el gobierno democrático de la II República provocó el estallido de la
Guerra Civil española. Para evitar la internacionalización del conflicto, se
constituyó en Londres el Comité de No Intervención. Sin embargo, el Tercer
Reich e Italia prestaron una ayuda fundamental a los militares sublevados, en
tanto la II República recibía el apoyo material de la URSS. La victoria final
de los rebeldes en 1939 mostró la debilidad de las potencias democráticas
frente a los totalitarismos nazi y fascista.
El
eje Roma-Berlín
La guerra civil española contribuyó a
acercar a Italia y Alemania, que el 25 de septiembre de 1936 constituyeron el
Eje Roma-Berlín. Dos meses más tarde, Alemania firmó con Japón el Pacto
Antikomintern, al que se adhirieron la España sublevada, Italia y Hungría,
contra el temido expansionismo soviético.
La
guerra chino-japonesa (1937-1945)
En 1937, el Ejército japonés invadió el norte y este de China.
Tras la toma de importantes ciudades como Shangai y Nankín, los japoneses se
hicieron con el dominio de toda la franja costera de China mediante una guerra
de extraordinaria crueldad que terminó enlazando con la Segunda Guerra Mundial.
Fue una guerra desigual en la que China tuvo alrededor de 13 millones de
muertos y 9,5 millones de heridos.
El
expansionismo alemán (1937-1939)
Convencido de su fuerza, Hitler se
propuso integrar en el Reich a todos los territorios con población alemana de
Europa, algo que resultaba difícil, sobre todo en los lugares donde las
poblaciones estaban muy mezcladas. El plan trazado por Hitler fue recogido en
el Protocolo Hossbach (1937), donde se utilizaba el concepto “espacio vital”
para defender la necesidad alemana de conquistar nuevos territorios para la
supervivencia de su población.
De acuerdo con este proyecto, en 1938
Alemania ocupó militarmente Austria, unión que fue ratificada mediante un
referéndum.
Unos meses después, en la Conferencia de
Múnich (1), los mandatarios del Reino Unido, Francia e Italia permitieron la
anexión al Tercer Reich de los Sudetes, una región checoslovaca habitada por
alemanes, con la promesa por parte de Hitler de no exigir más territorios. Esta
conferencia supuso la desaparición de Checoslovaquia como Estado. Ante la
protesta checoslovaca, las tropas del Reich ocuparon los Sudetes y la parte
occidental del territorio checo. Eslovaquia quedó como un estado independiente
sometido a recortes territoriales por parte de Hungría y Polonia, hasta que fue
finalmente ocupada por Alemania en 1939.
Polonia
Tras la anexión de Checoslovaquia, el
Tercer Reich formuló su propósito de hacerse con el Corredor polaco, territorio
que separaba la Prusia oriental del resto de Alemania. Para ello, en mayo de
1939 firmó el Pacto del Acero con Italia, que establecía el apoyo mutuo en caso
de guerra. El avance nazi en Europa obtuvo un nuevo golpe de efecto con la
firma del Pacto Germano-soviético de no agresión y neutralidad, que contenía
una cláusula secreta por la cual se establecía el reparto de Polonia.
La
ocupación de Albania
En abril de 1939, las tropas enviadas
por Mussolini ocuparon Albania, país sobre el que Italia ejercía ya un
colonialismo económico y político. El rey Zog huyó y los italianos
establecieron un protectorado.
(1)
La conferencia de Múnich reunió, en septiembre de 1938, (de
izquierda a derecha) a Benito Mussolini, Adolf Hitler, Édouard Daladier y
Neville Chamberlain.
2.
El desarrollo de la guerra
La segunda Guerra Mundial tuvo tres
etapas:
La primera (1939-1942) estuvo marcada
por los éxitos del Eje.
En la segunda (1942-1944) las primeras
victorias de los aliados lograron equilibrar la contienda.
En la tercera etapa (1945) supuso la
derrota de Alemania y Japón.
Y dos bandos enfrentados:
Fuerzas del Eje: Alemania, Italia,
Japón, Hungría, Rumanía, Bulgaria y Eslovaquia.
Ejércitos aliados: Reino Unido y
Francia, La Unión Soviética (principios de 1941) y Estados Unidos (finales de
1941).
2.1.
El predominio de Eje (1939-1941)
Invasión
de Polonia y la guerra en el Báltico
El 1 de septiembre de 1939, el ejército alemán atacó Polonia sin
encontrar grandes resistencias. Ello provocó que Francia y el Reino Unido
declarasen la guerra al Tercer Reich. Fue el inicio de la Segunda Guerra
Mundial.
Días después, la Unión Soviética ocupó
el este de Polonia e invadió las repúblicas bálticas de Estonia, Lituania y
Letonia, así como Finlandia, mientras Alemania ocupaba Dinamarca y
Noruega.
El
frente occidental.
En mayo de 1940, Alemania desplegó una
veloz ofensiva contra los Países Bajos y Bélgica usando medios motorizados, blindados y
aéreos, lo que se denominó blitzkrieg
o guerra relámpago. Las tropas británicas, sorprendidas por el enemigo en
Dunkerque, fueron obligadas a una persona repatriación, mientras los alemanes
penetraban por las Ardenas en Francia. Derrotada esta, su gobierno firmó el
armisticio de Compiègne el 22 de junio de 1940.
Francia quedó dividida: junto a la
Francia ocupada, se organizó la Francia libre, con capital en Vichy, como estado
satélite en Alemania bajo la presencia del mariscal Pétain. Los franceses
contrarios a este acuerdo organizaron la resistencia, formada por grupos
aislados que hicieron frente a la presencia alemana mediante actos de sabotaje.
El general francés Charles de Gaulle constituyó un gobierno en el exilio, en
Londres.
La batalla de Inglaterra constituyó un
nuevo episodio de la guerra, en el que la aviación alemana o Luftwaffe bombardeó insistentemente las
ciudades británicas con el propósito de obtener la redención del Reino Unido,
único país europeo que seguía en guerra contra el Tercer Reich. A pesar de los
bombardeos, la población civil británica, dirigida por el primer ministro
Winston Churchill y con la participación de la RAF (Royal Air Force), resistió
los ataques alemanes. En mayo de 1941, se dio por cerrada esta campaña bélica.
La
guerra en el Mediterráneo y en el norte de África
Italia, neutral en los primeros
momentos, declaró la guerra a Francia en mayo de 1940 y entró en la contienda
del lado de Alemania. En sus colonias africanas, Libia y Abisinia, las tropas
coloniales británicas derrotaron al ejército italiano. La flota italiana en el
Mediterráneo fue asimismo destruida en su fracasada ofensiva contra Grecia, por
lo que Alemania acudió en su ayuda. Se abrieron dos nuevos frentes: por un
lado, las potencias de Eje invadieron los Balcanes, ocupando Yugoslavia y
Grecia, y reforzaron a sus aliados de Hungría y Rumania. Por otro lado, Hitler
envió a las tropas del Afrika Korps al norte de África, donde combatiendo a los
británicos alcanzaron las cercanías de El Cairo. El general Rommel mandó esta
fuerza expedicionaria alemana.
La batalla de Narvik
Tras la invasión alemana de Noruega, el Reino Unido atacó sin éxito
a la flota del Tercer Reich en la bahía de Narvik. Esta operación provocó la
dimisión de Chamberlain como primer ministro británico y su sustitución por
Winston Churchill.
El ejército alemán
Los panzer fueron unos carros de combate blindados de gran eficacia.
Alemania combinó su uso con los ataques aéreos de la moderna Luftwaffe, para lanzar ataques masivos,
vertiginosos y muy contundentes. Así, la blitzkrieg
o guerra relámpago volvió inoperantes las trincheras, como la línea Maginot
francesa.
La
campaña de Rusia
El 22 de junio de 1941, con el
continente europeo bajo su dominio, Alemania acometió la Operación Barbarroja,
Fue un ataque por sorpresa contra la URSS, pese al pacto de no agresión
existente entra ambas potencias. En otoño, las tropas alemanas sitiaron
Leningrado, ocuparon Ucrania y se situaron a escasos kilómetros de Moscú. Los
soviéticos emplearon una estrategia de “tierra quemada”, consistente en
destruir tierras y trasladar fábricas para que el enemigo no pudiera servirse
de ellas. Tras un duro invierno, en la primavera de 1942 las tropas alemanas
avanzaron por el sur y sitiaron Stalingrado, en su intento de alcanzar los
pozos petrolíferos del Cáucaso.
La
guerra en Extremo Oriente
Japón había firmado con Alemania el
Pacto Antikomintern en 1936 y había entrado en guerra contra China en 1937. En
septiembre de 1940, se lanzó a una expansión incontenible en Extremo Oriente y
alcanzó el norte de Indochina, lo que provocó el recelo estadounidense.
El Imperio japonés dominó buena parte
del Pacífico. Ocupó las colonias europeas en Asia: Hong-Kong, Filipinas,
Insulindia, Malasia, Singapur, Birmania y Nueva Guinea, e incluso llegó a
amenazar Australia, aliada del Reino Unido
En diciembre de 1941, el ataque japonés
a la base naval de Pearl Harbor supuso la entrada en la guerra de Estados
Unidos, lo que condujo a una contienda lenta
y de mucho desgaste en Asia y
Oceanía.
2.2.
La fase de equilibrio (1942-1944)
Las
primeras victorias aliadas
Hasta los primeros meses de 1942,
dominio del Eje fue total en los frentes europeos y en el Pacífico.
Esta tendencia cambió a partir de mayo
de 1942, al derrotar los estadounidenses a los japoneses en la batalla del mar
del Coral, lo que impidió la invasión japonesa de Australia. En junio y agosto
de ese mismo año, Estados Unidos obtuvo dos importantes victorias en las
batallas aeronavales de Midway y Guadalcanal, lo que marcó el comienzo de la
reconquista aliada de los territorios del Pacífico.
En noviembre de 1942, las tropas de
Estados Unidos y el Reino Unido desembarcaron en Casablanca, Marruecos. Ese
mismo mes las tropas alemanas del Afrika Korps fueron derrotadas por el
Ejército británico en El Alamein, cerca de Alejandría, y el general alemán Erwin
Rommel emprendió la retirada hacia Túnez. En mayo de 1943, se produjo la
capitulación de los restos de Afrika Korps y los aliados pasaron a controlar el
norte de África y el Mediterráneo.
Las derrotas del Eje en África se vieron
acompañadas, en el frente orienta, por la capitulación en Stalingrado del VI
Ejército alemán, extenuado tras varios meses de combate.
[1]
La batalla de Stalingrado, entre junio de 1942 y febrero de 1943, fue la
batalla más dura y decisiva de la Segunda Guerra Mundial. En la confluencia de
los ríos Volga y Tsaritsa, esta ciudad soviética era un punto estratégico para
el dominio del Cáucaso. La ofensiva del VI Ejército alemán fue contrarrestada
por el Ejército Rojo. Ambos lucharon sin cuartel entre las ruinas de la ciudad.
En esta batalla murieron entre tres y cuatro millones de personas, muchos de
ellos civiles.
[2]
A finales de 1942, la Alemania nazi y sus aliados controlaban toda la Europa
continental, desde el Atlántico al interior de la Rusia europea. Bajo la
dirección de autoridades nazis se organizó un sistema de abastecimiento de
materias primas y productos industriales al servicio del Tercer Reich, lo que
supuso el empleo de mano de obra forzada en todos los territorios ocupados. La
oposición fue perseguida o deportada y en algunos países, como Francia o
Yugoslavia, se agrupó en la Resistencia.
Los
primeros avances aliados
En julio de 1943, las tropas
angloamericanas desembarcaron en Sicilia y, en septiembre, alcanzaron la
península Itálica. Caído Mussolini tras un golpe de Estado, fue rescatado por
un comando nazi y organizó en el norte de Italia la República de Saló.
Italia cambió de bando. Fue entonces
invadida por el Ejército alemán, que planteó una dura defensa de Montecassino,
al sur de Roma, donde el frente quedó estabilizado durante meses.
En el frente oriental, la contraofensiva
soviética, dirigida por general Zhúkov, encontró una fuerte resistencia
alemana, Para coordinar sus esfuerzos y facilitar el avance soviético, los
aliados decidieron abrir un nuevo frene en Europa occidental.
El 6 de junio de 1944, se produjo el
desembarco masivo de tropas aliadas en Normandía, al norte de Francia. Dirigida
por el general estadounidense Dwight Eisenhower, fue la operación de mayor
envergadura de toda la guerra. El éxito del desembarco de Normandía marcó el
principio del fin de la contienda.
2.3. La derrota del Eje (1944-1945)
La derrota de Alemania
Tras el desembarco de Normandía, los
retrocesos alemanes fueron continuos. En la retaguardia, la persecución del
régimen nazi contra los judíos se intensificó.
Los soviéticos continuaron su ofensiva
oriental hasta cruzar la frontera polaco-soviética en julio de 1944.
Desalojaron así a las tropas alemanas de los países del este de Europa como
Polonia, Hungría, Rumanía o Bulgaria. En Yugoslavia, el partisano[1] Josip
Broz, conocido como Tito y apoyado por los soviéticos, liberó Belgrado en
octubre.
En el frente occidental, el 24 de agosto
de 1944 las tropas aliadas liberaron París y, el 23 de noviembre, alcanzaron
Estrasburgo, a orillas del Rin. Los aliados intentaron quebrar la resistencia
alemana con el bombardeo de sus ciudades, mientras Hitler confiaba en la
capacidad de resistencia de sus soldados y en la utilización de nuevas armas
como los cohetes V-2. En diciembre de 1944, la contraofensiva final alemana en
las Ardenas fue neutralizada y, finalmente, los aliados cruzaron el Rin en
marzo de 1945.
La resistencia alemana se concentró en
el este, dificultando el avance de las tropas soviéticas. Gravemente enfermo,
el presidente estadounidense, Roosevelt, murió el 12 de abril de 1945, antes de
ver concluida la guerra. A finales del mismo mes, Mussolini fue apresado y
fusilado, apenas dos días antes de que Hitler se suicidara en su búnker de
Berlín, en pleno hundimiento del régimen nazi. Los soviéticos alcanzaron Berlín
pocas horas después y, el 8 de mayo de 1945, se firmó la rendición
incondicional de Alemania, con lo que concluyó la guerra en Europa.
El Holocausto judío
En 1941, las autoridades nazis diseñaron la
llamada “solución final” para exterminar a todos los judíos de Europa. A partir
de 1942, la Alemania nazi perpetró el Holocausto, es decir, el exterminio
sistemático de unos cinco millones de judíos. Paras ello, se impuso el
confinamiento de la población judía en campos de concentración como los de
Dachau, Auschwitz, Belzec o Mauthausen. Allí fueron obligados a realizar
trabajos forzados y fueron asesinados en masa muchos judíos, y también eslavos,
gitanos, homosexuales u opositores políticos. Fue uno de los episodios más
terroríficos de la guerra.
La derrota de Japón
A las victorias en el mar del Coral
(mayo 1942), Midway (junio 1942) y Guadalcanal (agosto 1942), que supusieron el
fin de la amenaza de invasión de Australia, siguieron victorias que los
llevaron hasta las proximidades del archipiélago japonés.
Los avances de EE.UU. en el Pacífico
habían sido muy lentos, debido a que sus esfuerzos militares se habían
concentrado en Europa. Sin embargo, los hechos se precipitaron a partir de
1944.
La ofensiva estadounidense, dirigida por
el general Douglas MacArthur, recuperó, entre otras, las Islas Marshall,
Birmania, Nueva Guinea y Filipinas. Venciendo la fuerte resistencia nipona,
alcanzó los primeros enclaves del archipiélago japonés, Iwo Jima y Okinawa, en
marzo y junio de 1945. Para ello, se recurrió al bombardeo de las ciudades
japonesas, como el sufrido por Tokio en marzo de 1945 en el que se produjeron
numerosas bajas.
Ante una previsible y dura resistencia,
el presidente Truman ordenó el lanzamiento de sendas bombas atómicas sobre
Hiroshima y Nagasaki el 6 y 9 de agosto de 1945. Más de 100.000 muertos y un
tremendo horror fueron causados por las bombas atómicas. El impacto fue enorme
para Japón, que firmó su rendición el 2 de septiembre de 1945. Era el punto
final de la Segunda Guerra Mundial.
La batalla de Leyte
El 26 de octubre de 1944, los
estadounidenses y sus aliados australianos vencieron en la batalla naval de
Leyte y recuperaron las Filipinas. En ella los japoneses emplearon por primera
vez pilotos suicidas, llamados kamikazes, contra los barcos enemigos.
3. Consecuencias de la II Guerra Mundial
3.1. Los efectos de la guerra
La Segunda Guerra Mundial requirió un
gran esfuerzo económico. Para sostenerlo, los ejércitos del Eje confiscaron
alimentos, materias primas y bienes industriales en los países que ocupaban.
También suplieron su escasez de mano de obra con prisioneros de guerra y
trabajos forzosos. Con todo, la superioridad de recursos de Estados Unidos, así
como la del Reino Unido y sus colonias, acabaron por ser determinantes para la
victoria aliada.
La guerra supuso la muerte de alrededor
de 55 millones de seres humanos, entre los que estaban las víctimas del
Holocausto. Además, se contabilizaron 35 millones de heridos y 3 millones de
desaparecidos.
En la posguerra, miles de ciudadanos de
las repúblicas bálticas fueron trasladados de manera forzosa por Stalin.
Alemanes y japoneses regresaron a sus territorios de origen. En Europa oriental
se produjeron grandes migraciones.
La destrucción de fábricas,
infraestructuras, zonas urbanas y campos de cultivo fue muy elevada en los
escenarios de la guerra, especialmente en Alemania y Japón. Como consecuencia
de ello, la producción industrial alemana se redujo a niveles ínfimos.
La guerra estimuló la industria
armamentística, cuyo desarrollo tecnológico fue notable. La bomba atómica,
invento exclusivo de los estadounidenses hasta 1949, abrió las puertas al uso
de la energía nuclear con fines pacíficos. Los cohetes V-2 alemanes fueron los
predecesores de los proyectiles no tripulados de largo alcance: misiles,
cohetes y satélites. También para uso militar se desarrollaron las turbinas de
los aviones y los equipos de inmersión. En el ámbito civil, durante los años de
la guerra se popularizaron inventos de los años treinta como el nailon, el café
instantáneo, el bolígrafo y el radar.
La guerra supuso cambios territoriales:
Inicialmente, Alemania fue dividida en
cuatro zonas, administradas por EEUU, Reino Unido, Unión Soviética y Francia,
al igual que Berlín, la antigua capital, y Austria. Alemania también cedió a
Polonia una importante franja oriental.
Italia entregó el Dodecaneso a Grecia y la
península de Istria a Yugoslavia. Trieste quedó bajo ocupación conjunta aliada
y yugoslava.
Japón quedó reducido a su archipiélago,
y cedió las islas Kuriles a la URSS.
La Unión Soviética se anexionó
territorios a su oeste
La posguerra supuso el hundimiento
definitivo de los totalitarismos fascistas, renovó la fe en la democracia y
afianzó el comunismo soviético, que se extendió por Europa oriental. En el
mundo se estableció un sistema bipolar, con la URSS y Estados Unidos como
grandes superpotencias, llamadas a enfrentarse muy pronto.
Número de muertos en la Segunda Guerra Mundial.
País Víctimas
totales
Víctimas civiles
|
URSS
21.500.000 7.500.000
|
Alemania
7.000.000 3.000.000
|
Polonia
5.500.000
5.300.000
|
Yugoslavia
2.050.000
1.500.000
|
Francia
620.000
360.000
|
Reino
Unido
410.000
60.000
|
Italia
410.000
80.000
|
Otros
europeos
3.000.000
2.300.000
|
China 13.000.000
9.500.000
|
Japón
2.100.000
400.000
|
EEUU 250.000
-----
|
Canadá
42.000
-----
|
Total
55.882.000 30.000.000
|
La destrucción de la Segunda
Guerra Mundial
Ciudades como Berlín o Londres
fueron devastadas por los bombardeos. En Polonia o Grecia se destruyeron más
del 20% de las viviendas. Las fábricas, puentes y nudos de comunicación fueron
objetivos preferentes en la contienda.
3.2.
Las conferencias de paz
A
diferencia de lo sucedido tras la Gran Guerra, al finalizar la Segunda Guerra
Mundial no se acordó un gran tratado de paz. Los hechos consumados, negociados
por los líderes de las grandes potencias en conferencias de paz durante la
guerra, dieron lugar a un nuevo orden internacional.
En
1941, el presidente Roosevelt y el primer ministro británico Winston Churchill
celebraron una conferencia en el Atlántico norte a bordo del USS Augusta,
frente a las costas de Terranova. En ella firmaron la Carta del Atlántico, en
la que pusieron las bases para una paz justa: derecho de los pueblos a elegir
su gobierno, colaboración económica y renuncia a la guerra de anexión.
En
enero de 1943, tuvo lugar la Conferencia de Casablanca. A los líderes británico
y estadounidense se sumó el general de Gaulle el nombre de la Francia libre.
Allí se decidió proseguir la guerra hasta la rendición incondicional de
Alemania y Japón. En noviembre de ese año, en la Conferencia de El Cairo, se
trató la guerra en Asia con la asistencia del presidente chino Chiang-Kai-shek.
El mes siguiente finalizó la Conferencia de Teherán, primer encuentro de
Roosevelt y Churchill con Stalin. Allí se decidió el desembarco de Normandía,
la declaración de guerra de la Unión Soviética a Japón y la constitución de la
ONU, mientras que la cuestión de Polonia quedó aún pendiente.
Entre
el 4 y el 11 de febrero de 1945 se celebró la Conferencia de Yalta, en Crimea, con
la asistencia de los tres líderes nuevamente. En ella se tomaron los
principales acuerdos para un nuevo orden internacional: celebración de
elecciones democráticas en toda Europa, desarme y partición de Alemania, juicio
a los principales jefes nazis y celebración de la conferencia fundacional de la
ONU en San Francisco.
La
última conferencia se celebró en Potsdam, entre el 17 de julio y el 2 de agosto
de 1945. A ella acudieron Clement Attlee, nuevo primer ministro británico; el
presidente Truman, sucesor de Roosevelt, y Stalin. En un clima tenso, se acordó
la desnazificación y desmilitarización de Alemania, así como su división y la
de Austria en cuatro zonas de ocupación.
A pesar
de la promesa de nuevos encuentros, estos no llegaron a desarrollarse por el
enfrentamiento manifiesto entre EE.UU. y la Unión Soviética.
Las conferencias de Yalta y
Potsdam aprobaron cambios de fronteras realizados de acuerdo con el avance de
los aliados. La Unión Soviética se
anexionó el este de Polonia, y territorios orientales de Finlandia y Rumanía,
así como Estonia, Letonia y Lituania. La frontera entre Polonia y Alemania se
desplazó hacia el oeste.
3.3.
Las responsabilidades de guerra
Las
potencias vencedoras acordaron el procesamiento judicial de los jerarcas nazis.
Se tipificaron múltiples delitos: crímenes de guerra, crímenes contra la Humanidad,
genocidio, guerra de agresión, etc. Varios juicios, celebrados en Núremberg
bajo la autoridad de un tribunal militar internacional, pusieron al descubierto
los graves crímenes del nazismo. Los juicios de Núremberg, sin precedentes en
la Historia, constituyeron un avance jurídico de gran importancia para la
persecución de los delitos de guerra y los delitos contra la Humanidad. El más
famoso fue el que juzgó la responsabilidad de 24 jerarcas nazis, 11 de los
cuales fueron condenados a muerte en octubre de 1946. En otros juicios se juzgó
a los industriales, médicos y colaboradores de los crímenes nazis.
En los
juicios de Tokio (1946-1948), un tribunal internacional juzgó a los
responsables militares y políticos de Japón, de entre los que se excluyó al
emperador Hiro Hito.
3.4. La
ONU
El 25
de junio, reunidos en San Francisco, EEUU, representantes de 52 países aliados
y neutrales aprobaron la Carta Fundacional de las Naciones Unidas, con lo que
se instituyó la Organización de Naciones Unidas (ONU).
A este
organismo internacional, con sede en Nueva York, se le dotó de organismos para
el cumplimiento de su principal función, el mantenimiento de la paz, y de otros
especializados que continúan en vigor.
La ONU
ha actuado en la resolución de conflictos, a veces con fuerzas militares (cascos
azules). Sin embargo, su intervención se ha visto limitada por el derecho a
veto del que disponen los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad y
por el incumplimiento de sus resoluciones. Sus principales logros han sido la
aprobación de la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948), su
intervención en la descolonización, la atención a los refugiados por catástrofes
humanitarias o la dirección de las fuerzas de interposición en los conflictos.