Bloque
2. Las revoluciones Industriales y sus consecuencias sociales.
Contenidos
Revolución
o revoluciones industriales: características.
Transformaciones
técnicas y nuevas fuentes de energía.
Cambios
debidos a la Revolución Industrial: transportes, agricultura, población
(migraciones y el nuevo concepto de ciudad).
El
protagonismo de Gran Bretaña y la extensión del proceso de industrialización a
otras zonas de Europa. La industrialización extraeuropea.
La
economía industrial: pensamiento y primeras crisis.
El
nacimiento del proletariado y la organización de la clase obrera: orígenes del
sindicalismo y corrientes de pensamiento, los partidos políticos obreros.
Criterios
de evaluación
1.
Describir las revoluciones industriales del siglo XIX, estableciendo sus rasgos
característicos y sus consecuencias sociales. CAA, CM, CSC.
2.
Obtener información que permita explicar las revoluciones industriales del
siglo XIX, seleccionándola de las fuentes bibliográficas u online en las que se
encuentre disponible. CMCT, CD, SIEP, CEC, CSC.
3.
Identificar los cambios que se produjeron en el mundo de los transportes,
agricultura y población que influyeron o fueron consecuencia de la Revolución
Industrial del siglo XIX. CMCT, CD, CSC, CEC.
4.
Enumerar los países que iniciaron la industrialización, localizándolos
adecuadamente y estableciendo las regiones en donde se produce ese avance.
CMCT, CD, CCL, CAA.
5.
Analizar seleccionando ideas que identifiquen las características de la
economía industrial y las corrientes de pensamiento que pretenden mejorar la
situación de los obreros en el siglo XIX. CSC, CCL, CAA.
6.
Utilizar el vocabulario histórico con precisión, insertándolo en el contexto
adecuado. CCL, CAA, CSC.
Estándares
de aprendizaje evaluables
1.1.
Identifica las causas de la Primera Revolución Industrial.
1.2.
Explica razonadamente la evolución hacia la II Revolución Industrial.
2.1.
Analiza comparativa y esquemáticamente las dos revoluciones industriales.
3.1.
Señala los cambios sociales más relevantes del siglo XIX asociándolos al
proceso de la Revolución Industrial.
3.2.
Describe a partir de un plano la ciudad industrial británica.
3.3.
Identifica en imágenes los elementos propios de la vida en una ciudad
industrial del siglo XIX.
4.1.
Localiza en un mapa los países industrializados y sus regiones industriales.
5.1.
Compara las corrientes de pensamiento social de la época de la Revolución
Industrial: socialismo utópico, socialismo científico y anarquismo.
5.2.
Distingue y explica las características de los tipos de asociacionismo obrero.
6.1.
Explica las causas y consecuencias de las crisis económicas y sus posibles
soluciones a partir de fuentes históricas.
6.2.
Analiza aspectos que expliquen el desarrollo económico del sector industrial de
los primeros países industrializados, a partir de fuentes historiográficas.
6.3
Comenta mapas que expliquen la evolución de la extensión redes de transporte:
ferrocarril, carreteras y canales.
TEMA
3: LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
0. INTRODUCCIÓN
1. LAS CAUSAS DE LA REVOLUCIÓN
INDUSTRIAL
A. LA REVOLUCIÓN AGRÍCOLA
B. LA REVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA
C. EL CRECIMIENTO DEL COMERCIO
D. EL AVANCE TECNOLÓGICO
E. LA MENTALIDAD CAPITALISTA
F. EL PARLAMENTARISMO
III. ELEMENTOS FUNDAMENTALES DE LA REVOLUCIÓN
INDUSTRIAL
A. LA INDUSTRIA TEXTIL ALGODONERA
B. LA SIDERURGIA: HIERRO Y CARBÓN
C. LA REVOLUCIÓN DE LOS TRANSPORTES (EL
FERROCARRIL Y EL BARCO DE VAPOR)
IV. LA INDUSTRIALIZACIÓN EN EUROPA
V. LOS INICIOS DE LA
INDUSTRIALIZACIÓN EN ESPAÑA
A. LOS PROBLEMAS DE LA INDUSTRIALIZACIÓN
ESPAÑOLA
B. LA INDUSTRIA TEXTIL EN ESPAÑA
C. LA SIDERURGIA EN ESPAÑA
D. LA CONSTRUCCIÓN DEL FERROCARRIL
VI. LA VIDA EN LA CIUDAD INDUSTRIAL
VII. EL CAPITALISMO INDUSTRIAL
A.
EL
LIBERALISMO ECONÓMICO Y EL CAPITALISMO
7.
LA
SOCIEDAD DE CLASES DURANTE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
8. LOS GRUPOS SOCIALES EN LA SOCIEDAD DE
CLASES
A. CONDICIONES DE TRABAJO EN LA INDUSTRIA
FABRIL
B. LAS PRIMERAS ASOCIACIONES OBRERAS
IX. MARXISMO, ANARQUISMO E
INTERNACIONALISMO
A. EL MARXISMO Y
B. EL ANARQUISMO
C. EL INTERNACIONALISMO
0.
INTRODUCCIÓN
La Revolución Industrial fue el
resultado de un conjunto de cambios económicos y técnicos que tuvieron lugar en
Gran Bretaña a mediados del siglo XVIII. Hacia 1850, la Revolución Industrial
se había extendido por una parte de Europa y por Estados Unidos.
Las máquinas sustituyeron al trabajo
manual en muchos lugares. Para hacer funcionar a las máquinas y a los
ferrocarriles se utilizó una nueva fuente de energía: el vapor.
La Revolución Industrial dio lugar a un
nuevo sistema económico, el capitalismo, basado en la propiedad privada y la
libre iniciativa. También cambió la estructura de la sociedad, que pasó del sistema estamental basado en el
nacimiento al sistema de clases basado en la riqueza. Dentro de la sociedad
capitalista o sociedad de clases del siglo XIX, todavía formada en su mayoría
por campesinos, destacaran dos grupos: la burguesía urbana y el proletariado
(los obreros industriales).
La Revolución Industrial fue el
complemento de la Revolución Francesa en el paso del Antiguo Régimen al sistema
liberal. Si la primera provocó un cambio en el modelo político, la segunda
transformó la economía.
1.
LAS
CAUSAS DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
La Revolución Industrial comenzó en Gran
Bretaña a mediados del siglo XVIII, y el proceso industrializador continuó
durante el siglo XIX. En esta etapa, los avances técnicos transformaron la
economía, mientras la industria fabril se expandía y la agricultura tradicional
pasaba a ser menos importante que la industria como fuente de riqueza.
La Revolución Industrial surgió en Gran
Bretaña por una combinación de factores: la revolución agrícola, la revolución
demográfica, el crecimiento del comercio, el avance técnico, la mentalidad
capitalista, y el parlamentarismo.
1.1. La
revolución agrícola
Durante el siglo XVIII el Parlamento
británico aprobó varias leyes que permitían el cercamiento de las antiguas
tierras comunales de los campesinos.
En el Antiguo Régimen la mayor parte de
las tierras de cultivo en Europa carecían de un único dueño. Aunque los señores
feudales administraban la mayor parte de las tierras no podían hacer con ellas
lo que quisieran, porque los campesinos que las cultivaban también tenían
derechos sobre ellas. Una parte importante de los campos de cultivo eran
tierras comunales (openfields) que tenían diversos usos:
Podían ser trabajadas por todos los
campesinos de una aldea y repartir entre todos la cosecha.
Podían ser repartidas por sorteo cada
año o par de años para que cada agricultor las usará como le conviniese.
Podían dejarse en barbecho y todos los
labriegos de la aldea podían llevar a sus animales de granja a pastar allí, así
como tomar toda la madera que necesitasen como combustible o materia prima.
La desventaja de este sistema es que,
como nadie tenía la plena propiedad de esas tierras, nadie invertía para mejorar
la productividad (con abonos, mejores semillas o maquinaria moderna) y por eso
los rendimientos de las cosechas eran siempre bajos.
Las leyes de cercamiento aprobadas por
el Parlamento británico en el siglo XVIII permitieron dividir las extensas tierras
comunales (openfields) en fincas que fueron vendidas a propietarios
individuales que se apresuraron a cercarlas con vallas (enclosures).
Los propietarios de las enclosures eran
ahora dueños de granjas más grandes e intentaron aumentar la producción
agrícola realizando importantes mejoras:
Se introdujeron las máquinas agrícolas:
segadoras, sembradoras y trilladoras (máquinas que separaban el grano de la
paja).
Aumentaron la rotación de cultivos. Se
sustituyó el año de barbecho (reposo de la tierra de labor) por el cultivo de
plantas forrajeras para el ganado. De este modo, no se dejaba ninguna porción
de tierra sin cultivar. A su vez, los excrementos de los animales podían usarse
como abono.
Se introdujeron nuevos cultivos (el maíz
y la patata).
Estas mejoras agrícolas, junto a la
expansión de la ganadería, permitieron que la población tuviera una dieta más
rica y variada. La revolución agrícola también favoreció la expansión
industrial porque se producía más comida y más materias primas.
La parte negativa de los cercamientos
fue que muchos agricultores humildes, que ya no podían contar con las tierras
comunales para mejorar sus ingresos, se empobrecieron y acabaron perdiendo sus
tierras. A causa el creciente uso de maquinaria agrícola la mayoría emigraron a
las ciudades buscando trabajo en las nuevas fábricas a las que proporcionaron
mano de obra barata.
1.2. La revolución demográfica
A partir de la segunda mitad del siglo
XVIII, la población europea aumentó considerablemente. En el año 1750, Europa
tenía 140 millones de habitantes; en el año 1800, 187 millones; y en 1850
alcanzó los 266 millones.
Este aumento de la población, conocido
como revolución demográfica, fue debido a varias causas:
El aumento de la producción de
alimentos.
La mejora de la higiene y los progresos
de la medicina. Así, las grandes pestes y epidemias fueron desapareciendo.
Lo anterior produjo una disminución de
la mortalidad y un ligero aumento de la natalidad.
Por todo ello, la esperanza de vida pasó
de ser de 38 años a finales del siglo XVIII, a 50 años a finales del XIX.
A consecuencia del aumento de la
población aumentó la demanda de comida y otros productos, lo que estimuló la
producción agrícola e industrial. Además el crecimiento de la población también
proporcionó una mayor cantidad de mano de obra o fuerza de trabajo.
El aumento de la población provocó una
mayor demanda de alimentos. Por esta razón, los precios de los productos
agrícolas subieron.
1.3. El
crecimiento del comercio
La Revolución Industrial dio paso a la
economía de mercado, en la que los productos ya no iban destinados al
autoconsumo sino a la venta en amplios mercados.
El dominio de las rutas de comercio
marítimo llevó a una rápida expansión del comercio trasatlántico. El comercio
interior también creció debido a la mayor demanda de productos, la mejora de
los sistemas de transporte y la eliminación de los aranceles interiores. Este
crecimiento del comercio ayudó a la industrialización debido a que los
beneficios del comercio a menudo se usaban para financiar el desarrollo
industrial.
La mejora de los transportes y la
construcción de una red ferroviaria impulsaron el comercio interior y, a
mediados del siglo XIX, el comercio exterior.
La red de ferrocarriles acabó
sustituyendo a los barcos como principal medio de transporte en Europa de modo
que dentro de las fronteras de cada estado-nación se crearon mercados
nacionales.
1.4. El avance
tecnológico
En la Revolución Industrial fue
fundamental la innovación tecnológica. La invención de nuevas máquinas permitió
a las fábricas producir bienes de manera más rápida y barata. A consecuencia de
lo anterior los precios bajaron, lo que benefició a los consumidores.
En el año 1769, James Watt inventó un
modelo de máquina de vapor fiable, que usaba el carbón para obtener vapor de
agua. La fuerza del vapor era capaza de mover las máquinas.
Pronto se necesitaron grandes edificios,
las fábricas, donde se concentraban las máquinas y los trabajadores que las
manejaban. Se pasaba así de una industria manufacturera donde el trabajador
realizaba manualmente todo su trabajo a una industria fabril donde el
trabajador se convertía en colaborador, y a veces servidor, de la máquina que
realizaba el trabajo.
La máquina de vapor transformaría la
agricultura, la minería, la industria y el transporte.
1.5. La
mentalidad capitalista
En Gran Bretaña las actividades
comerciales y agrícolas proporcionaron el capital necesario para invertir en la
industria, a esto se llama la acumulación de capital inicial. La inversión era
esencial porque las industrias necesitaban grandes cantidades de dinero para
pagar las fábricas, la maquinaria, las materias primas, el combustible y los
sueldos de los obreros.
1.6.
El parlamentarismo
La monarquía parlamentaria que había en
Gran Bretaña permitía a la burguesía participar en el gobierno y en la toma de
decisiones políticas. A consecuencia de ello, la burguesía pudo promover desde
el parlamento medidas que favorecieran sus intereses económicos, como las leyes
que liberalizaban la producción industrial.
2.
ELEMENTOS
FUNDAMENTALES DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
Los principales elementos de la primera
revolución industrial fueron: la industria textil algodonera, la siderurgia (la
producción de hierro y acero), la revolución de los transportes.
2.1. La
industria textil algodonera
En Gran Bretaña, la primera industria
que se mecanizó fue la industria textil algodonera, dedicada a la obtención del
hilo (hilado) y del tejido. Una serie de innovaciones tecnológicas permitieron
aumentar la producción y, en consecuencia, reducir los precios:
Nuevas máquinas de hilar, que proporcionaban
mucha más cantidad de hilo en menos tiempo.
La lanzadera volante (1733), que hizo
más rápido el funcionamiento del telar. Y el telar mecánico (1785), que ya
tejía con gran rapidez.
Las nuevas máquinas estaban en las
fábricas, donde cada obrero era responsable de una parte diferente del proceso
de producción. La división del trabajo hizo que la fabricación de tejidos fuera
más eficiente.
2.2. La
siderurgia: hierro y carbón
Otro sector que tuvo mucho peso durante
la Revolución Industrial fue la siderurgia, que
se dedicaba a la obtención del hierro.
Para obtener hierro se utilizaba
tradicionalmente carbón vegetal, procedente de la madera, que tenía poco poder
calorífico. Fue muy importante su sustitución por un carbón mineral, el carbón
de coque, que se obtiene de la hulla y tiene un alto poder calorífico. Este
combustible se necesitaba para calentar los altos hornos. Innovaciones
tecnológicas, como el convertidor Bessemer, permitieron a las fundiciones
producir mayores cantidades de acero, así como un producto de mejor calidad.
Además estas nuevas máquinas usaban el combustible de una manera más eficaz.
La demanda de hierro aumentó porque se
utilizó para las herramientas agrícolas, las nuevas máquinas de hilar y tejer,
el ferrocarril, etc.
2.3. La
revolución de los transportes (el ferrocarril y los barcos de vapor)
Al aumentar la producción agraria y la
producción industrial fue necesario que las mercancías llegaran con rapidez a
la población. Al comienzo de la Revolución Industrial hubo una mejora en las
vías de transporte terrestres (carreteras) y fluviales (canales).
Sin embargo fue el uso de la máquina de
vapor en barcos y ferrocarriles lo que revolucionó el transporte.
El ferrocarril ya se utilizaba en las
minas para transportar el mineral en vagonetas que se movían sobre raíles. La
primera línea férrea pública la creó Stephenson en 1825.La gran innovación fue
la locomotora del británico Stephenson (1829), que movía el ferrocarril
mediante una máquina de vapor.
La primera línea de pasajeros unió
Manchester con Liverpool en 1830. El ferrocarril se extendió rápidamente porque
acortaba la duración de los trayectos, el viaje era más seguro y se podían
transportar muchas más mercancías.
La máquina de vapor también se aplicó al
transporte marítimo. En 1807 se construyó el primer barco de vapor. Se
construyeron barcos de vapor en hierro, que empezaron a funcionar en Estados
Unidos. En 1847, los vapores ya podían atravesar el océano Atlántico en sólo 15
días.
El ferrocarril y la máquina de vapor permitieron
transportar grandes cantidades de productos, y de personas, de un modo más
rápido y fácil.
3.
LA INDUSTRIALIZACIÓN EN EUROPA
Durante el siglo XIX la Revolución
Industrial se extendió desde Gran Bretaña a otros países, incluyendo Alemania,
Bélgica y Francia. Esta expansión sucedió porque estos países tenían: abundantes
reservas de hierro y carbón, una población en crecimiento que demandaba más
productos, una red de ferrocarriles bien desarrollada que facilitaba el
transporte de mercancías, un gobierno que participó en la industrialización.
4.
LOS INICIOS DE LA INDUSTRIALIZACIÓN EN ESPAÑA
4.1. Los
problemas de la industrialización española
La industrialización de España fue con
retraso respecto a los otros países de Europa occidental y, además fue
incompleta, pues sólo sucedió en algunas regiones. A finales del siglo XIX
España todavía era un país agrario, con algunas zonas industrializadas
(Cataluña, País Vasco, Madrid). Las causas del atraso industrial español
fueron:
La escasa capacidad de compra de la
población española, formada en su mayoría por campesinos pobres.
La poca inversión en la industria, pues
apenas existía burguesía. La necesidad de capitales llevo a que el gobierno
español atrajese inversores británicos y franceses para crear la red de
ferrocarril y explotar las minas, como las de Río Tinto en Huelva. Sin embargo,
estas inversiones beneficiaron sobre todo a las compañías extranjeras,
contribuyendo poco al desarrollo industrial de España.
Los problemas en el transporte (malas
carreteras y retraso del ferrocarril).
Los depósitos de carbón en España
generalmente eran de escasa calidad o estaban mal conectados y había que
importar el mineral desde el Reino Unido.
Ante esta situación, la industria
española no podía competir con la de otros países porque sus productos eran más
caros, y a veces de peor calidad. Por ello, se impuso el proteccionismo
(impuestos a los productos extranjeros) para favorecer la industria nacional.
Solo dos industrias se desarrollaron en
la España del siglo XIX: la industria algodonera en Cataluña, y la industria
metalúrgica en Asturias y Vizcaya, regiones que tenían carbón de buena calidad
4.2. La
industria textil en España
En el siglo XVIII ya se producían, en
Cataluña, tejidos estampados de algodón (indianas).
En 1833 se instaló la primera máquina de
vapor en la industria textil, que tuvo un gran desarrollo en Cataluña. El
carbón se importaba por mar, lo cual hizo que muchas fábricas se asentaran en
la costa.
4.3. La
siderurgia en España
Los primeros altos hornos (1826) se
instalaron en Andalucía (Málaga), donde había hierro. Luego se situaron en
Asturias (1868) por su mayor riqueza en carbón mineral.
En el País Vasco, desde 1876 se
desarrolló el mayor centro siderúrgico: se exportaba hierro de Vizcaya a
Inglaterra y, en los mismos barcos, se importaba carbón británico.
4.4. La
construcción del ferrocarril
Las primeras líneas de ferrocarril
(Barcelona-Mataró, Madrid-Aranjuez) se inauguraron entre los años 1848 y 1851;
y gracias a la Ley General de Ferrocarriles (1855), entre 1856 y 1885 se
construyeron unos 7.500 kilómetros de vías férreas en España.
Las primeras líneas de ferrocarril
(Barcelona-Mataró, Madrid-Aranjuez) se inauguraron entre los años 1848 y 1851;
y entre 1856 y 1885 se construyeron unos 7.500 kilómetros de vías férreas en
España gracias a la Ley General de Ferrocarriles de 1855.
El ferrocarril se diseñó con una
estructura radial, con centro en Madrid, y un ancho entre carriles mayor que el
del resto de Europa. Esa diferencia de vía dificultó el comercio, pues obligaba
al transbordo de mercancías en la frontera.
A
pesar de todo, el ferrocarril resultó muy positivo, ya que favoreció el
traslado de las personas y de las mercancías en el territorio español.
5.
LA VIDA EN LA CIUDAD INDUSTRIAL
Durante el siglo XIX, la población
urbana europea aumentó en número más rápidamente que la rural. Esto se debió al
éxodo rural, a la migración desde el campo hacia las ciudades para trabajar en
las fábricas.
Entre 1800 y 1850, el número de ciudades
con más de 100.000 habitantes se multiplicó por dos. Este crecimiento urbano
provocó la aparición de nuevas ciudades, como Manchester y Birmingham.
Las ciudades del siglo XIX crecieron y
cambiaron debido a varios factores:
Desarrollo urbano: La infraestructura
urbana fue modernizada, por ejemplo se construyeron nuevas líneas de
ferrocarril y estaciones de tren. También se levantaron muchos edificios
nuevos, incluyendo grandes fábricas, que aumentaron el ruido y la contaminación
de las ciudades.
La expansión urbana: las ciudades
crecieron en tamaño más allá de su centro histórico. En algunas ciudades como
París se demolieron las antiguas murallas para permitir esta expansión. Estos
cambios permitieron al tráfico circular más libremente alrededor de las
ciudades.
Nuevas áreas residenciales: se
construyeron nuevos barrios para la creciente clase media y para los numerosos
obreros industriales que llegaban a la ciudad desde el campo (éxodo rural). Las
diferencias de categoría social se reflejaban en los tipos de barrios y casas
en los que vivía cada grupo social:
Barrios de clase media: los barrios de
clase media, llamados ensanches, eran extensiones del centro histórico,
construidas lejos del ruido y la contaminación de las fábricas. Los ensanches
estaban bien planificados con avenidas amplias y rectas, farolas de gas,
tiendas, teatros y líneas de tranvía. Normalmente las casas eran grandes, bien
construidas y cómodas, a veces con varios pisos.
Barrios obreros: los barrios obreros se
construyeron en zonas marginales a las afueras de las ciudades, a menudo cerca
de las fábricas. Sus calles eran estrechas y no estaban bien planificadas, y
normalmente no había alumbrado público u otros servicios públicos. Las casas en
estos barrios normalmente eran pequeñas, mal construidas e incómodas.
6.
EL CAPITALISMO INDUSTRIAL
6.1. El
liberalismo económico y el capitalismo
La Revolución Industrial se basó en el
capitalismo como sistema económico y en el liberalismo como doctrina política
que lo justificaba. El economista Adam Smith estableció los principios del
liberalismo económico:
La economía funciona por el interés
personal de conseguir el máximo beneficio.
Los precios se establecen por el
equilibrio entre la oferta y la demanda. La oferta es la cantidad de producto
para vender. La demanda es la cantidad de productos que los consumidores desean
comprar.
La economía debe funcionar sin la
intervención del Estado.
El capitalismo industrial se basa en los
siguientes principios:
Los medios de producción (fábricas,
maquinaria y bienes producidos) son propiedad privada.
Los propietarios de los medios de
producción son una minoría, que forma parte de la burguesía.
Los obreros industriales trabajan en las
fábricas a cambio de un salario.
En el sistema capitalista se producen de
forma cíclica graves crisis económicas que se inician cuando los stocks
(mercancías en depósito) se acumulan en las fábricas por falta de compradores.
Entonces, los propietarios despiden a los obreros y surge el paro.
7.
LA SOCIEDAD DE CLASES DURANTE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
La Revolución Francesa y la Revolución
Industrial produjeron un cambio en la organización de las sociedades europeas
durante el siglo XIX. El sistema estamental propio del Antiguo Régimen fue
sustituido por el sistema de clases. En la sociedad de clases que surgió
durante el siglo XIX el estatus social de las personas, su posición en la
sociedad, pasó a depender de su riqueza y del tipo de trabajo que desempeñaban,
al contrario que en la sociedad basada en estamentos donde el lugar de una persona
venía dado por la familia en la que había nacido (nobleza, Tercer Estado).
Como resultado de la Revolución
Francesa, los privilegios que disfrutaban la nobleza y el clero fueron
abolidos. Este cambio provocó la desaparición de la sociedad estamental. La
Revolución Industrial aumentó la importancia de los burgueses ricos, que se
convirtieron en los propietarios de fábricas y negocios. Al mismo tiempo,
apareció un nuevo grupo social: la clase obrera. Este grupo estaba formado en
su mayoría por obreros industriales que vivían de su trabajo asalariado. Al
conjunto de los obreros industriales o proletarios se les llamaba proletariado.
A medida que la Revolución Industrial se
extendía por Europa y el capitalismo industrial se establecía como el sistema
económico, las diferencias entre las situaciones económica y social de la
burguesía y el proletariado (obreros industriales) se hicieron cada vez
mayores.
Los mayores beneficios de la
industrialización los disfrutaron los capitalistas burgueses. Gracias a ella, consiguieron
un mejor nivel de vida, con ventajas como hogares cómodos, buena educación para
sus hijos, cuidados sanitarios y nuevas actividades de ocio.
En contraste con lo anterior estaban el
proletariado industrial, es decir los obreros de las fábricas, que formaban un
grupo cada vez más numeroso en las ciudades. La clase obrera trabajaba y vivía
en condiciones horribles. Fue en respuesta a estas condiciones de trabajo que
aparecieron durante el siglo XIX los primeros movimientos políticos de la clase
obrera.
8.
LOS GRUPOS SOCIALES EN LA SOCIEDAD DE CLASES
La clase alta
Este grupo se caracterizaba por su gran
riqueza, abundantes propiedades e ingresos. Estaba formado por los propietarios
de las tierras, las industrias y los negocios. Su forma de vida se convirtió en
el modelo a imitar. La clase alta incluía los siguientes subgrupos:
La antigua aristocracia terrateniente
(también llamada burguesía agraria), que continuaba siendo rica gracias a las
rentas que recibía de sus numerosas propiedades agrícolas.
La burguesía capitalista (banqueros,
hombres de negocios, industriales -propietarios de fábricas- y destacados
comerciantes) que obtenía grandes beneficios de sus negocios.
La clase media (o pequeña burguesía).
Este grupo poseía menos riqueza,
propiedades e ingresos que la clase alta. La clase media incluía los siguientes
subgrupos:
Los funcionarios y profesionales
liberales (abogados, médicos...) que proporcionaban servicios a otros miembros
de la sociedad.
Los pequeños comerciantes y artesanos
que eran dueños de sus tiendas o talleres.
Los pequeños agricultores que trabajaban
sus propias tierras
La clase obrera
Este grupo vivía en condiciones de
extrema pobreza. Incluía los siguientes subgrupos:
La clase obrera industrial, o
proletariado, que no tenía propiedades, y cuyos sueldos solían ser bajos.
Los agricultores arrendatarios y los
jornaleros.
La sociedad de clases en España
REESCRIBIR ESTO
En España, la relativa falta de
industrialización resultó en una escasa burguesía y un escaso proletariado. La clase
alta estaba formada por una oligarquía de terratenientes, hombres de negocios y
banqueros que tenían considerable influencia política. La clase media estaba
compuesta por funcionarios, abogados, médicos y otros profesionales liberales
que normalmente vivían en zonas urbanas. La clase obrera incluía campesinos,
jornaleros y obreros.
8.1. Las
condiciones de trabajo en la industria fabril
Durante la Revolución Industrial, las
condiciones de trabajo en las fábricas eran por lo general peligrosas e insalubres
(malas para la salud):
La maquinaria en la mayoría de las
fábricas no tenía medidas de seguridad, y los accidentes y lesiones eran algo
común. A esto se añadía que no existían leyes que protegieran a los obreros: si
estaban enfermos o en paro no cobraban.
Un día de trabajo típico duraba unas
agotadoras catorce o dieciséis horas, pero los salarios eran bajos. Como
consecuencia, los niños pequeños trabajaban a menudo al lado de sus padres para
aumentar los ingresos familiares. Las mujeres y los niños trabajaban con el
mismo horario que los hombres, pero por un salario más bajo.
Los patrones podían despedir o multar a
sus obreros si querían, sin ningún control legal.
Los obreros no tenían derecho a
protestar o ponerse en huelga.
No existía seguridad social ni ayudas
públicas para ayudar a los obreros en caso de enfermedad, accidente o
desempleo.
Las condiciones de trabajo en las
fábricas mejoraron a lo largo del siglo XIX en Gran Bretaña gracias a las
constantes protestas obreras, que llevaron a la aprobación de sucesivas leyes
que regulaban las condiciones de trabajo. En el resto del continente, donde la
industrialización fue más tardía, la mejora de las condiciones de trabajo se
retrasó hasta el segundo tercio del siglo XX.
Un ejemplo de estas leyes que
regulaban/organizaban aspectos concretos del trabajo industrial fue la Factory
Act de 1833, centrada en el trabajo infantil:
Ningún niño de menos de nueve años podía
trabajar en una fábrica [, pero sí si tenía nueve o más].
Los niños entre los nueve y los trece
años sólo podían trabajar al día un máximo de nueve horas [, pero con más de
trece no había límites al horario laboral].
Los niños tenían que recibir por lo menos
dos horas de clase diarias.
Los niños no podían trabajar de noche.
8.2. Las
primeras asociaciones obreras
Las duras condiciones de trabajo
llevaron a protestas contra los dueños de las fábricas. Estos se oponían a las
demandas de los obreros porque pensaban que unas mejoras condiciones de trabajo
serían malas para el negocio y reducirían sus beneficios.
Los gobiernos europeos del siglo XIX,
que por lo general estaban dominados por la burguesía, no defendían los
derechos de los obreros. Por ejemplo, muchos gobiernos europeos mantuvieron
durante el siglo XIX la prohibición de crear sindicatos de obreros.
A pesar de esta situación, el
proletariado de Gran Bretaña, el primer país en industrializarse y por tanto
donde había más obreros, empezó a organizarse a finales del siglo XVIII, cuando
nacieron las primeras Sociedades de Socorros Mutuos, que eran asociaciones de
trabajadores para ayudarse en caso de enfermedad o de paro.
En 1825, también en Gran Bretaña, nació
el primer sindicato. La finalidad de los sindicatos era luchar para conseguir
la reducción de la jornada laboral, mejoras salariales, la regulación del
trabajo infantil y el derecho de asociación.
9.
MARXISMO, ANARQUISMO E INTERNACIONALISMO
A mediados del siglo XIX la lucha de la
clase obrera dejó de ser solo por mejorar sus condiciones laborales y empezó a
tener también un carácter político al surgir las ideologías de izquierda. Estas
defendían los intereses de la clase trabajadora u obrera, y también ofrecían
alternativas al capitalismo industrial y a la sociedad de clases.
De esas ideologías las más importantes
fueron el Marxismo y el Anarquismo.
9.1. El marxismo
También se le llama Socialismo
científico o Socialismo. Esta ideología fue creada a mediados del siglo XIX por
dos teóricos alemanes, Karl Marx y Friedrich Engels, que denunciaron la
explotación del proletariado y defendieron la necesidad de una revolución
obrera. Los principales conceptos del Marxismo son:
La lucha de clases. Según Marx las
clases sociales están siempre compitiendo por dominar los medios de producción
(capital, tierra de cultivo, fábricas…). El proletariado oprimido debía
organizarse para luchar contra su opresor capitalista, es decir contra los
burgueses ricos.
La dictadura del proletariado. La lucha
de clases debería acabar con la victoria del proletariado que se apoderaría del
poder político. La dictadura del proletariado controlaría la economía y
redistribuiría la riqueza de modo equitativo entre todos los miembros de la
sociedad, haciendo desaparecer la propiedad privada de los medios de producción
y el sistema capitalista.
El comunismo. Según Marx y Engels la
dictadura del proletariado desaparecería y daría paso a una nueva sociedad, el comunismo,
que sustituiría a la vieja sociedad de clases. La sociedad comunista se
caracterizaría por la igualdad entre los individuos al no existir clases
sociales.
A partir de 1870, los marxistas
propusieron la creación de partidos obreros socialistas. Si sus representantes
eran elegidos en las elecciones, podrían conseguir importantes avances, como el
sufragio universal o la jornada laboral de ocho horas.
9.2. El
anarquismo
Los pensadores anarquistas también
sostenían la eliminación de la propiedad privada, la defensa de la propiedad
colectiva y una sociedad sin clases. El principal pensador de esta ideología
fue Mijaíl Bakunin. Pero Bakunin, al contrario que Marx, rechazaba la idea de
la dictadura del proletariado y propuso una sociedad ideal basada en:
La defensa de la libertad individual: La
gente tenía que luchar contra cualquier autoridad e institución (principalmente
el Estado o la Iglesia) que limitase su libertad.
La oposición a los partidos políticos y
a la participación en las elecciones.
La formación de comunas: La sociedad
sería reorganizada en grupos pequeños e independientes llamados comunas. En
estas comunas se tomarían todas las decisiones en asambleas populares.
La acción directa: La gente tenía que
defender sus intereses por medio de sus propias acciones, no con partidos
políticos o elecciones. Para algunos anarquistas, la acción directa incluía la
destrucción del estado capitalista (dominado por los burgueses). Ejemplos de
sus atentados son la bomba en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona en 1893 y
el asesinato del rey Carlos I de Portugal1908. Por esa causa el Anarquismo se
convirtió en el enemigo principal de los estados europeos a finales del siglo
XIX y principios del XX. En oposición a lo anterior también hubo grupos
anarquistas que fundaron sindicatos (anarcosindicalismo) para transformar la
sociedad, no sólo defender los intereses laborales, e igualmente crearon
centros educativos para los obreros y se preocuparon de una mejor educación
higiénica y sexual, así como de los derechos de las mujeres.
9.3. El
internacionalismo
Marxistas y anarquistas de diferentes
países vieron la necesidad de unirse en una asociación internacional. Unidos
tendrían más fuerza para luchar en favor de la clase obrera.
Así, en 1864 se formó la Asociación
Internacional de Trabajadores (A.I.T. o Primera Internacional). Esta
organización puso en contacto y coordinó organizaciones de obreros de varios
países.
El objetivo de la Primera Internacional
era promover la acción colectiva de los obreros en todo el mundo. Al final la
A.I.T. desapareció en 1876 a causa de los enfrentamientos entre marxistas y
anarquistas.
En 1889 se fundó la Segunda
Internacional, que creó algunos símbolos del movimiento obrero, como el himno
“la Internacional” y la fiesta del Primero de Mayo.
AÑADIR
ALGODÓN SECTOR RECTOR E INTERVENCIÓN ESTADO EN INDUSTRIALIZACIÓN DE EUROPA
Tres
novedades fueron especialmente importantes
· En 1811, surgieron los luditas. Este
grupo fue una manifestación inicial de protesta obrera organizada. Los luditas
estaban en contra de la nueva tecnología porque pensaban que las máquinas
quitaban puestos de trabajo a los obreros. Como resultado, a menudo protestaron
destruyendo máquinas en las fábricas.
· En la década de los treinta del siglo
XIX, se fundaron los primeros sindicatos en Gran Bretaña. Estas eran
asociaciones de obreros que trabajaban en oficios concretos, por ejemplo
mineros o trabajadores textiles. Los sindicatos demandaban una mejora en las
condiciones de trabajo y mayores sueldos, y también ayudaban a sus miembros en
caso de accidente o enfermedad.
· 1838, apareció el movimiento cartista.
Los cartistas demandaban cambios políticos en Gran Bretaña, incluido el
sufragio universal masculino (el derecho a votar de todos los hombres). Los
cartistas solicitaron al Parlamento que promulgara leyes que mejorarán las
condiciones de trabajo de los obreros.
En
principio, estos movimientos y organizaciones no consiguieron sus objetivos.
Sin embargo, al final, los dueños de las fábricas y los gobiernos fueron
obligados a introducir medidas que mejoraron las condiciones de trabajo en la
industria fabril.
LA
VIDA EN LA CIUDAD INDUSTRIAL
Durante
el siglo XIX, la población urbana europea aumentó en número más rápidamente que
la rural. Esto se debió al éxodo rural, a la migración desde el campo hacia las
ciudades para trabajar en las fábricas.
Entre
1800 y 1850, el número de ciudades con más de 100.000 habitantes se multiplicó
por dos. Este crecimiento urbano consistió en el crecimiento de nuevas
ciudades, como Manchester y Birmingham.
Las
ciudades del siglo XIX crecieron y cambiaron debido a varios factores:
· Desarrollo urbano: La infraestructura
urbana fue modernizada, por ejemplo se construyeron nuevas líneas de
ferrocarril y estaciones de tren. También se levantaron muchos edificios
nuevos, incluyendo grandes fábricas, que aumentaron el ruido y la contaminación
de las ciudades.
· La expansión urbana: las ciudades
crecieron en tamaño más allá de su centro histórico. En algunas ciudades como
París……
EL
AUMENTO DEL COMERCIO
El
dominio de las rutas comerciales marítimas por Gran Bretaña durante el siglo
XVIII y XIX produjo una rápida expansión del comercio trasatlántico. Elcomercio
interior también aumentó debido a la mayor demanda de bienes/productos, la
mejora de los sistemas de transporte y la ausencia de aduanas interiores en
Reino Unido. Esta expansión del comercio estimuló la industrialización porque
los beneficios del comercio a menudo se usaban para financiar el desarrollo
industrial.
Paso
de crisis económicas de subsistencia (escasez) hambre a crisis económicas de
superproducción paro
El
Realismo
El
Realismo fue un movimiento artístico que intentó reflejar la realidad de la
vida de la clase obrera. El arte realista se caracterizó por:
· Representaciones de gente de clase
obrera en su casa o en su trabajo, por ejemplo trabajando en FIELDS ¿CAMPOS DE
CULTIVO?, minas y fábricas.
· Representaciones de las HARSH
condiciones de vida y de trabajo que las familias de clase obrera tenían que
sufrir para sobrevivir.
un
buen ejemplo de la escultura realista es EL HERRERO DE MENUNIER (1886).
Ejemplos de pintura realista son EL ángelus de Millet, que representa
trabajadores agrícolas FARM LABOURERS rezando enun FIELD, Y the washerwoman De
daumier, que muestra una mujer conla colada LAUNDRY. Un ejemplo de España es La
SIESTA DE Marti y Alsina.
Fechas
Daumier
vagon de tercera o de segunda 1865
El
estilo realista
El
realismo sustituyo al romanticismo a…
Ver
texto castellano
Ver
cronología del realismo
Como
casi todas las corrientes artísticas del Siglo XIX SURGE EN FRANCIA.
DERECHAS
E IZQUIERDAS EXPLICARLO
PROGRESISTAS
Y CONSERVADORES
EVOLUCIÓN
IDEOLOLGICA
COMUNISMO
SOCIALISMO
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