viernes, 12 de enero de 2018

6 U05 LA DOMINACIÓN EUROPEA DEL MUNDO



03 Las potencias extraeuropeas emergentes
03.1 Estados Unidos
A lo largo del siglo XIX, Estados Unidos conoció:
·         La expansión de sus territorios hasta la costa del Pacífico.
·         La masiva llegada de inmigrantes en busca de mejores condiciones de vida.
·         Un gran desarrollo económico, propiciado por sus recursos naturales y sus emprendedores habitantes. La industria se localizó en el noroeste, la agricultura de plantaciones en el sur y la ganadería y agricultura extensiva en el medio oeste.
·         La consolidación del sistema democrático, con la adopción en 1830 del sufragio universal masculino.
La abolición de la esclavitud (1860) por el presidente Abraham Lincoln provocó el intento secesionista de los Estados del sur, dado que la mano de obra esclava era esencial en sus plantaciones. Los sudistas se constituyeron en los Estados Confederados de América y,  dirigidos por Jefferson Davis, declararon su independencia, lo que desembocó en una guerra civil. Conocida como la guerra de Secesión (1861-1865), concluyó con el triunfo de los partidarios de la Unión – también llamados yanquis o federales – sobre los confederados. La esclavitud quedó abolida, pero la igualdad de derechos civiles no se logró hasta mediados del siglo XX.


Abraham Lincoln (1809-1865), abogado, miembro del  Partido Republicano y presidente de los Estados Unidos desde 1860, fue asesinado por un fanático sudista cinco días después de acabar la guerra de Secesión, mientras asistía a una representación en el Ford´s Theatre de Washington.

La guerra contra España (1898) reveló su condición de gran potencia, si bien hasta  la Primera Guerra Mundial se mantuvo al margen de la política europea.
03.2 Japón
El Imperio del Sol Naciente era, a principios del siglo XIX, una monarquía feudal, con un emperador simbólico o mikado que vivía aislado en su palacio de kyoto. El poder efectivo lo ejercía el mayordomo imperial o shogun, cargo desempeñado por miembros de la familia Tokugawa desde dos siglos antes.
En el siglo XVII, los Tokugawa habían logrado someter a los daimios, vasallos propietarios de extensas tierras, y a los samuráis o “señores de la guerra”. Luego impusieron una dictadura y el aislamiento del país aunque, por la presión extranjera, acabaron aceptando un tratado (1858) por el que algunos puertos japoneses se abrieron al comercio exterior.
En 1868, dos familias rivales de los Tokugawa restablecieron la autoridad imperial. El joven emperador Mutshu Hito reinó en Japón desde 1867 hasta su muerte en 1912. La era en la que gobernó se denominó era Meiji. Mutshu Hito trasladó la corte a Tokio y, siguiendo modelos occidentales, emprendió una serie de reformas conocidas como la Revolución Meiji  (1868): igualdad ante la ley, Constitución de 1889 y final de la servidumbre. Se produjo entonces un enorme desarrollo económico, sobre todo industrial, que unido al fuerte crecimiento demográfico, obligó al Imperio japonés a una política expansionista para obtener materias primas, mercados y territorios en los que ubicar los excedentes de población.
La guerra ruso-japonesa (1904) demostró, como lo había hecho antes de la guerra hispano- estadounidense , la fortaleza de las potencias emergentes y la decadencia de las viejas naciones europeas.

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