Hasta mediados del siglo XIX, África era un continente desconocido para los europeos. Allí convivían numerosos pueblos autóctonos con estructuras arcaicas y sin fronteras definidas. La presencia europea se había limitado a factorías costeras de abastecimiento para sus viajes hacia Oriente. A partir de 1870 se establecieron colonias en la costa africana, aunque sin planes de conquista. Desde 1885, se inició la ocupación del interior.
África en 1914
Entre 1870 y 1914 todo el continente africano quedó repartido entre las grandes potencias, subsistiendo solo dos Estados independientes: Liberia y Abisinia. |
En el norte de África, Francia, que había ocupado la costa de Argelia (1830) con el pretexto de evitar las acciones de los piratas, completó la conquista del interior bajo el reinado de Napoleón III. En 1881, creó un protectorado en Túnez. Por su parte, Reino Unido estableció otro en Egipto (1882) para controlar el canal de Suez e Italia incorporó Libia (1912). Más tarde, España y Francia establecieron sendos protectorados en Marruecos (1912).
En el valle del Nilo, los británicos del general Gordon intentaron tomar Sudán, pero fueron rechazados en la batalla de Jartum por las tropas de al-Mahdi (1885). Más tarde, una expedición francesa se encontró con las tropas británicas en Fachoda (1898). Tras una crisis internacional, los franceses se retiraron y el valle del Nilo quedó bajo protectorado inglés.
En África occidental, franceses, británicos, portugueses, españoles y alemanes colonizaron la costa. Solo quedó independiente Liberia, fundada en 1847 por colonos norteamericanos descendientes de esclavos con apoyo del presidente estadounidense Monroe. Francia dominó el sur de Argelia; por el río Senegal llegó a Bamako, en el recodo del río Níger, y pretendió una colonia continua hasta Obok (1883) -hoy Djibuti- junto al mar Rojo. Reino Unido le disputó la zona del río Níger y en la Conferencia de Berlín (1884-1885) se acordó su libre navegación, pero los británicos controlaron el río desde su desembocadura.
En el Congo confluyeron los intereses de Portugal, Francia, Bélgica y Alemania. Una expedición de la Asociación Internacional del Congo, dirigida por Henry Morton Stanley (1874), accedió a la cuenca del río Congo desde Zanzíbar. El francés Pierre Savorgnan de Brazza, desde Gabón, alcanzó la orilla derecha del río, cerca de su desembocadura. Portugal reclamó derechos desde su enclave de Cabinda. En la Conferencia de Berlín se acordó la libre navegación y comercio por el río, se aceptaron las posesiones francesas y portuguesas, y se creó el Estado Libre del Congo, administrado por la Asociación Internacional del Congo, institución presidida a título particular por Leopoldo II, rey de los belgas hasta 1908, cuando lo cedió a Bélgica pasando a llamarse Congo Belga.
El Reino Unido mantuvo, en el África austral, las colonias del El Cabo -recibida de los Países Bajos en el Congreso de Viena- y Natal. La mayoría de la ponlación estuvo formada por los hotentotes (pastores) y los bantúes (agricultores). Los bóers crearon las repúblicas de Transvaal y Orange, pero los británicos, dirigidos por Cecil Rhodes, ocuparon los territorios del norte, donde se habían descubierto diamantes, y rodearon a las repúblicas bóers. En 1902, tras dos guerras, se las anexionaron finalmente. Portugal, por la oposición del Reino Unido, renunció a su proyecto de conectar Angola con Mozambique. Alemania ocupó la desértica costa de África Suroccidental -actual Namibia-, salvo la factoría ballenera británica de Walvis Bay.
En África oriental el Reino Unido controlaba Uganda, la actual Kenia, parte de Somalia y la isla de Zanzíbar. Alemania ocupó Tanganica, fundó la Compañia Alemana del África oriental y en 1890 firmó un tratado con Reino Unido para delimitar fronteras. Italia hizo lo propia con la costa Eritrea y parte de Somalia. Abisinia, conocida también como Etiopía, imperio cristiano de larga historia sobre las mesetas del Cuerno de África y sin salir al mar, permaneció independiente, gobernado por el «rey de reyes», título que recibía su soberano. Francia estableció un protectorado sobre Madagascar en 1885, sobre el que tuvo cada vez más poderes.
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LA CONQUISTA FRANCESA DE TÚNEZ
"No vivimos contra el bey sino a protegerlo", fue el lema repartido por los franceses en Túnez. En mayo de 1881, Francia y el bey Mohamed es-Sadok, gobernador del Imperio otomano, firmaron el tratado de Bardo, por el cual este siguió siendo soberano, pero con un residente francés que le aconsejaba.
CONFERENCIA DE BERLÍN (1884-1885)
Reunidos por el canciller Bismarck en Berlín, representantes de catorce grados potencias industrales acordaron el reparto colonial de África en una asamblea a la que no asistió ningún africano.
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