viernes, 9 de febrero de 2018

Falta el título del tema 

Dos faltas de ortografía

Nota: 7 

 

    1 LAS BASES DEL ANTIGUO RÉGIMEN.

 1.1 LA PERVIVENCIA DE LA SOCIEDAD ESTAMENTAL.

 La sociedad del Antiguo Régimen estaba dividida en los tres órdenes o estamentos conformados
en la Edad Media: el clero, la nobleza y los plebeyos o tercer estado, un amplio grupo que englobaba a las personas que ejercían cualquier ocupación u oficio, desde campesinos hasta comerciantes.

Esta organización social estaba basada en la desigualdad legal, social y económica. Clero y nobleza eran los estamentos privilegiados: gozaban de derechos y privilegios y estaban exentos de impuestos. Su enorme poder provenía de la acumulación durante siglos de tierras, empleos, títulos y cargos.

El tercer estado, el pueblo llano, no tenía privilegios y debía soportar todas las cargas fiscales (impuestos). En el siglo XVIII representaba alrededor del 85% de la población de Europa, pero su peso en las decisiones del Estado y en el control de la tierra era muy escaso.

Los estamentos eran grupos cerrados a los que se pertenecía por nacimiento o por formar parte De la Iglesia. El ascenso, o promoción social, era posible dentro del propio estamento, pero muy difícil entre la condición del plebeyo y noble. Solo algunos miembros de la burguesía
 más rica ascendían a la nobleza.


1.2 UNA ECONOMÍA AGRARIA Y SEÑORIAL. 

A principios del siglo XVIII, la agricultura era la fuente más importante de riqueza, pero era muy poco productiva y estaba técnicamente muy atrasada. El mayor problema para aumentar la productividad residía en la forma de propiedad y explotación. La mayor parte de la tierra estaba vinculada, es decir, ligada a un título nobiliario, a la Iglesia, a un municipio o a La Corona. Sus titulares podían sacar provecho económico, pero no venderla.

La tierra estaba concentrada en muy pocas manos. Sus propietarios eran rentistas que cobraban derechos señoriales, pero que no invertían en mejorar sus señoríos. Los campesinos no solo pagaban prestaciones (en productos y en trabajo) y rentas (el censo) a su señor, sino que estaban también obligados a entregar a la Iglesia la décima parte de las cosechas (el diezmo), y al Estado otros tributos (talla, gabela...).

 Los escasos excedentes en manos de los agricultores daban lugar a una agricultura de subsistencia, dedicada al policultivo, básicamente de cereales, y en gran medida, al autoconsumo.

El comercio interior era muy reducido. Solo se compraba lo indispensable en ferias y mercados locales y, por tanto, la producción de objetos manufacturados era escasa. Desde la Edad Media estaba rígidamente controlada por los gremios, organizaciones de artesanos que ejercían el control sobre las materias primas, la elaboración y la venta de productos.



Domenico Gargiulo: La plaza del mercado de Nápoles, 1645. Durante el Antiguo Régimen, al escaso poder adquisitivo de la población se unía la dificultad de los transportes, que encarecían los productos y limitaba los intercambios a un comercio local o regional.

1.3. UNA POBLACIÓN ESTANCADA.

 Como en siglos anteriores, a principios del siglo XVIII la subalimentación, la falta de higiene y los escasos recursos médicos provocaban una mortalidad muy elevada (entre un 30‰ y un 40‰), especialmente en los recién nacidos. En consecuencia la esperanza de vida era baja y aunque la natalidad también era muy alta (entre el 35‰ y el 40‰), el crecimiento demográfico era escaso o nulo.

Además, en una economía agraria la subsistencia, la producción de alimentos no crecía al ritmo de la población. En los periodos de grave escasez de alimentos, debido a varios años de malas cosechas, las enfermedades y epidemias se ensañaban con una población subalimentada. Eran las llamadas crisis de subsistencia, que provocaban una mortalidad catastrófica y diezmaban los efectivos de población.

 En ocasiones iban acompañadas de auténticos motines por la subida del precio de los productos básicos (revueltas del pan).




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