Hitler,
canciller
Al frente de un
gobierno de coalición, Hitler intimidó a sus rivales políticos mediante la violencia; a menudo, hizo
detenerlos o forzó su despido laboral. El canciller convocó
elecciones para el 5 de marzo de 1933, pero la semana anterior se
produjo el incendio del Reichstag, lo que añadió confusión a la situación política. Los nazis, con 288 escaños, obtuvieron
entonces una amplia victoria electoral.
El
Reichstag de mayoría nazi aprobó la Ley de Plenos Poderes en virtud
de la cual el canciller promulgó una serie de leyes que convirtieron
a Alemania en un Estado
totalitario. Los cambios más importantes fueron:
● El
poder ejecutivo aumentó su poder con funciones legislativas.
●
Partidos y sindicatos fueron
ilegalizados y sustituidos por el partido nazi y por un sindicato corporativo, el Frente del
Trabajo Alemán.
● El
federalismo fue abolido y se establecieron gobernadores nazis en las provincias.
● Los
funcionarios no afines al nazismo fueron separados de sus funciones.
En
abril de 1933 se fundó la Gestapo,
política
secreta del Estado bajo el control de las SS. La persecución
política se extendió a todos los opositores e incluso alcanzó al
propio partido nazi. De tal forma, el 30 de junio de 1934 los líderes
de las SA fueron detenidos, acusados de traición y asesinados por
las SS en la Noche de los Cuchillos Largos.
Adolf Hitler fue presidente y canciller de Alemania desde 1933 a 1945. |
El
Estado totalitario alemán
En
agosto de 1934, a la muerte del presidente Hindenburg, Hitler asumió
la residencia de Alemania. El presidente-canciller proclamó el
Tercer Reich
y estableció un Estado totalitaro donde el logro del ideal colectivo
anulaba las aspiraciones individuales. Todos los ámbitos de la vida
y la sociedad pasaron a estar controlados por el Estado.
En
economía,
al igual que en la Italia fascista, se impuso un férreo intervencionismo estatal, aunque con respeto absoluto a la propiedad
privada. Se adoptó un plan cuatrienal de desarrollo para conseguir
la autarquía y el Estado promovió obras públicas y una gran
industria armamentística, sectores que demandaron gran número de
trabajadores.
En
consonancia, el paro
comenzó a reducirse, absorbido además por el reclutamiento militar,
la formación de una industria de armamento y las obras públicas.
Como
la total autarquía resultaba imposible, la Alemania nazi practicó
una política
colonialista
en el este de Europa, donde intercambiaba materias primas por
productos industriales alemanes.
La
sociedad
se reglamentó y encasilló. La educación se puso al servicio del nazismo, la juventud fue enrolada en las Juventudes Hitlerianas y las
iglesias católica y luterana fueron vigiladas y alejadas de la
educación. La clase obrera obtuvo estabilidad en el trabajo, con
bajos salarios y a costa de perder libertades y derechos, como el de
huelga. Las clases medias se sintieron seguras bajo un régimen
autoritario fundamentado en el orden. La alta burguesía, en ausencia
de sindicatos de clase, se acogió a los dictados del poder y vio
crecer sus industrias y sus ganancias.
La
prensa, la radio y el cine fueron poderosas armas de propaganda bajo
el control nazi, al igual que la literatura y las artes plásticas.
En
política
se impuso en Alemania un régimen de partido único, con el führer al frente. El Estado dirigió a la sociedad hacia la consecución de
un ideal colectivo de engrandecimiento de la patria, para lo cual
ejercía un control absoluto sobre los ciudadanos. Se suprimió la
separación de poderes y el Estado de derecho. Cualquier
disconformidad con el régimen fue tomada como una traición y muchos
intelectuales y artistas, como el científico Albert Einstein o el
arquitecto Walter Gropius, tuvieron que exiliarse.
La
persecución del Estado nazi se centró en las minorías no arias,
percibidas como elementos extraños al «gran proyecto común». En
1935 se privó a los judíos de sus derechos civiles, se los expulsó
de la Administración y fueron prohiidos los matrimonios mixtos. En
1938 se establecieron campos de concentración para «reeducar a los
descarriados».
Ese
mismo año, la noche del 9 al 10 de noviembre, los nazis de las SS y
las Juventudes Hitlerianas asaltaron los barrios judíos con el
pretexto de vengar el asesinato de un diplomático alemán. Murieron
91 judíos y centenares de ellos fueron heridos, en tanto miles de
tiendas y cientos de sinagogas quedaron destruidas. La Noche
de los Cristales Rotos
marcó el inicio de la persecución
masiva de judíos
en el Tercer Reich.
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INCENDIO EN EL REICHSTAG
En vísperas de
las elecciones de 1933, el Parlamento alemán o Reichstag fue
incendiado la noche del 27 al 28 de febrero. Aunque la autoría
señalaba a un acto individual, Hitler acusó a agentes comunistas,
lo que le sirvió para en arcelar a sospechosos y suspender la
libertad de prensa y otras garantías constitucionales.
CINE NAZI
Leni
Riefenstahl (1902-2003), cineasta alemana, dirigió documentales y
películas en las que se exaltaba el nazismo y la raza aria. En El
triunfo de la voluntad
mostró, con un novedoso lenguaje cinematográfico, la gran
concentración nazi de Nuremberg, repleta de desfiles y discursos.
El arte del nazismo
A. WISSEL, Familia de campesinos de Kahlenberg, 1939. |
J. THORAK, Monumento al trabajo, 1939. |
El
arte mostró el ideal racial de la familia aria, con roles sociales
muy marcados para el hombre y la mujer. De otra parte, con un
carácter monumental y un realismo heroico, fue un arte dirigido a
las masas y utilizado con fines propagandísticos.
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