viernes, 12 de enero de 2018

El Imperialismo Colonial

Una falta de ortografía
Nota: 9

02.5 El colonialismo en Asia
Las potencias industrializadas tuvieron una importante presencia en el continente asiático.


Asia en 1914

En la India, la Compañía Británica de las Indias Orientales había establecido, durante el siglo XVIII, sucursales en varias ciudades. En 1858, el Gobierno de Londres asumió la administración directa de algunas zonas bajo la autoridad de un virrey. El resto del extenso territorio indio quedó tutelado o vinculado por diversos tratados, que unían a gobernantes locales con los colonizadores británicos. Estos penetraron en el interior de la India por el río Indo, hasta alcanzar la región de Cachemira, y por el río Ganges, hasta llegar a la ciudad sagrada de Delhi dos mil kilómetros aguas arriba. En 1877, la reina Victoria fue proclamada emperatriz de la India y esta colonia, conocida como la ¨joya de la corona¨, se convirtió en proveedora de materias primas textiles e industriales.
El Imperio persa quedó dividida en dos esferas de influencia: el norte, en manos de Rusia, y el sr, controlada por el Reino Unido.
El Imperio Chino, reticente a las relaciones con el exterior, despertaba un enorme interés comercial. Los británicos obtuvieron concesiones en 1842, tras la Guerra del Opio. Otros países europeos, a partir de sus colonias comerciales costeras, establecieron esferas de influencia donde monopolizaban el comercio y aplicaban sus leyes mediante su propia policía. Los colonizadores introdujeron en China sus manufacturas, lo que causó la ruina de las artesanías locales e impidió cualquier intento de industrialización. Estados Unidos, partidario de una ¨política de puertas abiertas¨, propició el libre comercio en el territorio restante. Como reacción ante la política de las grandes potencias en China, se produjo la revuelta de bóxers (1899-1901), sofocada por un ejército aliado integrado por el Reino Unido, Japón, Francia, Estados Unidos, Alemania, Austria, Italia y Rusia, al mando del conde alemán de Waldersee.
En Extremo Oriente, Rusia alcanzó el océano Pacífico, en cuyas costas fundó Vladivostok, y pretendió influir en la región china de Manchuria, territorio a través del que trazó la primera línea del ferrocarril Transiberiano. Sin embargo, sus intereses chocaron con los de Japón, que la derrotó en 1905 en la guerra ruso-japonesa.
El Reino Unido, en su deseo de comunicar la India con sus factorías chinas, se hizo con el control de Malaca y el norte de Borneo, en tanto que los Países Bajos se extendieron por el resto de Insulindia, territorio formado por miles de islas pertenecientes a la actual Indonesia, llegando hasta Nueva Guinea, a partir de sus colonias javanesas. Ambos Estados habían firmado el tratado de Londres de 1824 para delimita rus áreas de expansión.
Desde tiempos de Napoleón III, Francia había mantenido una activa presencia en la península de Indochina, en el sudeste asiático: desde Cochinchina ocupó Annam, Tonkín, Laos y Camboya, pero chocó con los intereses británicos en Malasia. El Tratado de Bangkok (1893) fijó sus respectivos territorios y mantuvo la independencia del reino de Siam, actual Tailandia.

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La Guerra del Opio: Los británicos importaban té chino a cambio de opio, droga procedente de la India que se consumía en los ¨fumaderos¨ chinos. El débil Gobierno chino intentó controlar la entrada de opio y el Reino Unido le declaró la guerra (1840), en la que los europeos obtuvieron una fácil victoria. El Tratado de Nankín (1842) supuso la cesión de Hong Kong por 150 años a los británicos, el pago de indemnizaciones y la apertura definitiva del mercado chino.



La revuelta de los bóxers: De carácter nacionalista, fue la respuesta de los chinos a los abusos de las potencias occidentales.


[1] Los términos Oriente Próximo, Oriente Medio y Extremo Oriente son términos eurocentristas que nombran estas áreas de acuerdo a su posición respecto a Europa.



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