sábado, 13 de enero de 2018

Bloque 5. Los años veinte y la Gran Depresión

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Bloque 5. El período de entreguerras, la II Guerra Mundial y sus consecuencias

Contenidos
Economía, sociedad y cultura de la época: los años veinte.
La revolución rusa, la formación y desarrollo de la URSS.
Tratados de paz y reajuste internacional: la Sociedad de Naciones.
Estados Unidos y la crisis de 1929: la Gran Depresión y el New Deal.
Europa occidental: entre la reconstrucción y la crisis.
Los fascismos europeos y el nazismo alemán.
Las relaciones internacionales del período de entreguerras, virajes hacia la guerra.
Orígenes del conflicto y características generales.
Desarrollo de la II Guerra Mundial.
Consecuencias de la guerra.
El antisemitismo: el Holocausto.
Preparación de la paz y la ONU.

Criterios de evaluación
1. Reconocer las características del período de entreguerras insertándolas en los correspondientes aspectos políticos, económicos, sociales o culturales.
2. Esquematizar el desarrollo de la Revolución Rusa de 1917 reconociendo sus etapas y sus protagonistas más significativos y estableciendo sus consecuencias.
3. Identificar los tratados de paz de la I Guerra Mundial estableciendo como una consecuencia el surgimiento de la Sociedad de Naciones.
4. Explicar la Gran Depresión describiendo los factores desencadenantes y sus influencias en la vida cotidiana.
5. Reconocer la trascendencia de los fascismos europeos como ideologías que condujeron al desencadenamiento de conflictos en el panorama europeo del momento.
6. Establecer las etapas del desarrollo de la II Guerra Mundial, distinguiendo las que afectaron a Europa y las que afectaron a Estados Unidos y Japón.
7. Analizar el papel de la guerra mundial como elemento de transformación de la vida cotidiana.
8. Obtener y seleccionar información escrita y gráfica relevante, utilizando fuentes primarias o secundarias, relativa tanto al período de entreguerras como a la II Guerra Mundial y la postguerra.

Estándares de aprendizaje evaluables
1.1. Explica las características del periodo entreguerras a partir de manifestaciones artísticas y culturales de comienzos del siglo XX.
2.1. Identifica y explica algunas de las causas de la Revolución Rusa de 1917.
2.2. Compara la Revolución Rusa de Febrero de 1917 con la de Octubre de 1917.
3.1. Explica los acuerdos de los tratados de paz de la I Guerra Mundial y analiza sus consecuencias a corto plazo.
3.2. Analiza el papel que juega la Sociedad de Naciones en las relaciones internacionales, a partir de fuentes históricas.
4.1. Interpreta imágenes de la Gran Depresión.
4.2. Comenta gráficas que explican la crisis económica de 1929.
5.1. Compara el fascismo italiano y el nazismo alemán.
5.2. Distingue símbolos de los fascismos europeos de la primera mitad del siglo XX.
5.3. Analiza a partir de diferentes fuentes contrapuestas las relaciones internacionales anteriores al estallido de la II Guerra Mundial.
6.1. Identifica y explica las causas desencadenantes de la II Guerra Mundial a partir de fuentes históricas.
6.2. Explica las etapas de la II Guerra Mundial tanto en el frente europeo como en la guerra del Pacífico.
6.3. Analiza el desarrollo de la II Guerra Mundial a partir de mapas históricos.
7.1. Describe las consecuencias de la II Guerra Mundial.
8.1. Analiza imágenes que explican el Holocausto llevado a cabo por la Alemania nazi.
8.2. Sintetiza textos que explican la intervención de la ONU en las relaciones internacionales y asuntos de descolonización.

LOS AÑOS VEINTE Y LA GRAN DEPRESIÓN
La Primera Guerra Mundial tuvo unos efectos económicos, sociales y culturales devastadores para el mundo occidental capitalista de comienzos del siglo XX. Tras la Gran Guerra, Estados Unidos pasó a liderar la economía mundial. Su estilo de vida alegre y desenfadado, fue imitado en Europa.
En octubre de 1929, el crash de la Bolsa de Nueva York provocó la crisis de los años treinta, conocida como la Gran Depresión, que cuestionó el sistema liberal capitalista. Para intentar superarla, se aplicaron medidas económicas de diverso signo como el intervencionismo, el monetarismo y la autarquía. Ante la depresión, los países se encerraron en sí mismos y de la distensión política se pasó a la desconfianza. El mundo se encaminó a la más terrible guerra de la historia, la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
En esta etapa, los medios de comunicación alcanzaron un papel muy relevante y propiciaron la difusión de nuevas manifestaciones culturales y artísticas dirigidas a una sociedad de masas.

1. La economía en los años veinte

1.1. Los efectos de la Primera Guerra Mundial en la economía

El  estancamiento económico de Europa
La Primera Guerra Mundial dejó arruinada a gran parte de Europa, que perdió su hegemonía económica y pasó a depender de Estados Unidos, el gran beneficiado por la contienda. Sus aliados le adeudaban millones de dólares, que pensaban pagar con las reparaciones de guerra impuestas a Alemania en el Tratado de Versalles. A su vez, esta solo podía abonar tan elevadas cantidades mediante préstamos estadounidenses.

Al acabar la guerra, los aliados europeos debían 11.900 millones de dólares a Estados Unidos y 11.100 millones al Reino Unido, lo que suponía una gran dificultad para la reconstrucción del continente.

El crecimiento de los países extraeuropeos
Estados Unidos y Japón, países extraeuropeos industrializados, ocuparon el vacío dejado por Europa en los mercados de Iberoamérica y Asia, al mantener intactos la mayor parte de sus recursos por su lejanía de los escenarios bélicos.
México, Argentina, Brasil o la India, que aún era colonia británica, iniciaron una tímida industrialización.

1.2.  Una nueva organización económica
En los primeros años de la posguerra, la situación económica mundial fue caótica. Estados Unidos, Japón y algunos Estados que habían permanecido neutrales, como los nórdicos y los Países Bajos, superaron los niveles de producción anteriores a 1914. Sin embargo, el resto de Europa vio deteriorada su situación por los efectos de la guerra, la desconfianza, el aumento del proteccionismo y la falta de solidaridad:
Austria, Hungría y Alemania sufrieron una inflación -incremento de precios de bienes y servicios- muy elevada que las dejó al borde de la quiebra.
Francia debió afrontar las destrucciones de la guerra.
Reino Unido sufrió la competencia industrial de Japón y de Estados Unidos.
Estados Unidos potenció su influencia externa gracias a su desarrollo interior y a la aplicación del Plan Dawes (1924).

La obligación de pagar la deuda (las reparaciones de guerra) llevó al Estado alemán a poner en circulación grandes cantidades de papel moneda sin base real. Como consecuencia, el precio de los bienes y servicios se disparó.
Fueron los años de hiperinflación.

El dólar se convirtió en la principal moneda de cambio.

1.3. La expansión económica desde 1925
A partir de 1925, Estados Unidos lideró una expansión generalizada de la actividad productiva y del consumo internacional. Esta etapa fue conocida como Big Business o de los "grandes negocios". En 1926 la industria, que representaba el 42,2% de la producción mundial, se decantó por artículos de uso y consumo. La fabricación en serie de automóviles y electrodomésticos abarató su precio.

El incremento de la productividad, el empleo y salarios aumentaron la capacidad adquisitiva. Nuevas técnicas comerciales, como la venta a plazos y el desarrollo de la publicidad, favorecieron el consumo masivo y originaron un nuevo estilo de vida que los europeos quisieron imitar.
Fueron los "felices años veinte" caracterizadas por la euforia económica y el deseo colectivo de olvidar la guerra.

2. El crash del 29 y la Gran Depresión
En 1929 se produjo el crash [1]de la Bolsa de Nueva York que, en pocos meses, derivó en una depresión[2]. La actividad económica disminuyó y casi todo el planeta se vio afectado. Las causas que lo provocaron fueron fundamentalmente financieras -especulación y crecimiento excesivo del crédito-, mientras que la superproducción existente contribuyó a ampliar la crisis.

2.1. Causas

La superproducción
Desde 1922, Estados Unidos había experimentado un crecimiento económico imparable, pero su economía presentaba desequilibrios: los bienes de consumo y la agricultura crecieron, en tanto que la productividad descendió en sectores básicos como el del carbón o las industrias textil y siderúrgica. Se produjo así un desfase entre precios agrícolas e industriales. Aquellos bajaron por su mayor oferta en el mercado, y estos subieron por los altos precios industriales, los bajos salarios y la mala distribución de la renta, lo que se intentó paliar con la venta a plazos.
Efectos de la superproducción fueron la acumulación de stocks de productos industriales, que quedaban almacenados en reserva a falta de comprador, y la pérdida del poder adquisitivo de los agricultores por la bajada de los precios agrícolas.

La mecanización de la agricultura mejoró los rendimientos del campo a la vez que inundó el mercado de productos agrícolas y generó grandes desplazamientos de población.

La especulación
En la Bolsa la demanda de valores aumentaba día a día muy por encima de su valor real. Esto alimentó la especulación, es decir, se compraban acciones para obtener una ganancia rápida, ante una previsible elevación de su precio en bolsa. Ligado a ella estuvo el crecimiento del crédito: ante la falta de ventas, las empresas carecían de dinero en efectivo y necesitaron créditos para seguir produciendo. La Reserva Federal, banco rector de la política monetaria estadounidense, prestó dinero al 5% a la banca privada, mientras que esta lo prestaba a sus clientes al 12%. De tal modo, el crédito acabó destinándose a inversiones bursátiles de tipo especulativo.

La compra de acciones bursátiles se volvió un medio rápido y fácil de ganar dinero. Pequeños y medianos inversores veían duplicado o triplicado su capital en pocos días, logrando grandes fortunas que se volvían a reinvertir en una cadena especulativa sin fin.





2.2. El crash de 1929
A finales de los años veinte, los resultados negativos de las empresas estadounidenses evidenciaron la debilidad de su economía productiva, mientras en la Bolsa la elevada rentabilidad de las inversiones mantenía la fiebre especulativa.
El 21 de octubre de 1929 muchos inversores, asustados por lo que se vivía en la bolsa de Wall Street, pusieron a la venta gran cantidad de acciones. La Banca Morgan compró la mayoría, lo que detuvo la caída de las cotizaciones. Sin embargo, tres días más tarde, sobrevino el Jueves Negro. El pánico se desató al salir a la venta 13 millones de acciones que nadie compró y, en pocas horas, el mercado neoyorquino de valores se hundió. El martes 29 de octubre se ofertaron inútilmente 16 millones de acciones y, en una sola jornada, se perdieron los beneficios de un año. Pero la caída no se detuvo. En pocos meses la Bolsa quedó bajo mínimos y más de un millón de familias estadounidenses se arruinaron.

Ubicada en Wall Street (la calle del Muro), la Bolsa de Nueva York vivió numerosas manifestaciones de desesperados inversores bajo la vigilancia de la policía. Las bolsas de Chicago y de otras ciudades cerraron y, en los primeros días, se produjo una oleada de suicidios entre los especuladores.

2.3. La Gran Depresión

Estados Unidos
La depresión económica iniciada en 1929 alcanzó su plenitud en 1932. Pasó de la bolsa a la banca y de allí a la actividad productiva:
Millones de pequeños y medianos inversores perdieron sus ahorros en pocos días. Se calcula que hubo más de 20.000 suicidios.
Se hundieron centenares de bancos, que habían invertido su capital en la bolsa o en préstamos a particulares para la compra de acciones.
La producción industrial disminuyó un 38% desde 1929 a 1932.
Los precios agrícolas se desplomaron.
El paro alcanzó los 13 millones de desempleados y quienes mantuvieron su empleo perdieron capacidad adquisitiva.

Tras el crash, fueron frecuentes las colas de personas para adquirir alimentos o recibir ayuda.

Repercusión en otros países
La dependencia económica respecto a Estados Unidos hizo que la crisis se extendiera por el mundo, vinculado al sistema capitalista. El comercio internacional se contrajo y solo la Unión Soviética se libró de sus efectos.

Austria
El banco de crédito para la reconstrucción suspendió pagos al retirársele los préstamos estadounidenses.

Alemania
Los gastos superaron ampliamente a sus ingresos (déficit), el 40% de la población activa quedó parada y la bolsa de valores se clausuró en 1931.

Países no europeos
Se desplomaron sus economías que dependían de la venta de materias primas producida en régimen de monocultivo (Brasil, Chile, Australia, Ceilán…)

Reino Unido
La economía se vio debilitada y el Gobierno devaluó la libra.

Francia
Se vio afectada por la devaluación de la libra en el comercio internacional y no recibió las reparaciones de guerra de Alemania.

3. Los intentos de solución de la crisis económica

3.1. El liberalismo de Hoover
En Estados Unidos, el presidente republicano Herbert Clark Hoover se opuso al intervencionismo del Estado, por su total confianza en las leyes del libre mercado. Sin embargo, la magnitud de la depresión obligó a su Administración a adoptar medidas de ayuda a industrias y granjeros, tales como estabilizar el empleo y mantener salarios. Desbordado por la magnitud de la crisis, perdió las elecciones de 1932 frente al demócrata Franklin Delano Roosevelt.

Herbert C. Hoover (1874-1964), hijo de granjeros e ingeniero de minas, fue elegido trigésimo primer presidente de Estados Unidos en 1928. Miembro del partido republicano, abasteció a Europa central y oriental tras la Primera Guerra Mundial. Durante su mandato se produjo el crash. Tras él, afirmó que “la prosperidad estaba a la vuelta de la esquina”.
El presidente Roosevelt (1882-1945) ganó las elecciones de 1932, y salió reelegido en 1936, 1940 y 1944. Fue el impulsor del New Deal y el artífice de la Ley de Préstamos y Arriendos (1941), que permitió al presidente conceder préstamos a las potencias aliadas para la adquisición de víveres y material bélico durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

3.2. La conferencia de Londres (1933)
Entre junio y julio de 1933, se celebró la Conferencia Económica Mundial de Londres para buscar soluciones a la depresión global, reactivar el comercio internacional y estabilizar la situación monetaria. La negativa de Roosevelt a poner en marcha cualquier acción monetaria común, colaboró en el fracaso de la conferencia. Aunque cada país aplicó soluciones particulares a la depresión, muchas se encaminaron hacia el intervencionismo económico[3].

3.3. Estados Unidos: el New Deal
En los “Cien Días de Roosevelt”, este elaboró un programa de reformas para acabar con la crisis y devolver la confianza al mundo de los negocios y al pueblo estadounidense. Su política, conocida New Deal (nuevo trato), combinó el intervencionismo económico del Estado con el respeto a las leyes del mercado y a la propiedad privada. Su objetivo fue reactivar la economía mediante la aplicación de medidas que permitieran el crecimiento de los precios, el consumo y la inversión. Sus iniciativas fueron aprobadas por mayoría en el Congreso y se convirtieron en leyes. La oposición republicana las combatió con recursos de inconstitucionalidad en el Tribunal Supremo. Algunos prosperaron y generaron conflictos en el Gobierno, aunque las clases populares apoyaron a Roosevelt con gran entusiasmo.

El New Deal: primera fase (1933-1935)
Entre 1933 y 1935, el Estado impulsó la recuperación económica allí donde la empresa privada no actuaba. La Administración de Roosevelt adoptó diversas medidas:
Financieras
Iban dirigidas al control monetario. Así se cerraron los bancos con dificultades y los restantes bancos se consolidaron bajo supervisión de la Reserva Federal. Se fijó un seguro sobre los depósitos bancarios y se prohibió la exportación de oro y de moneda extranjera. Se devaluó[4] el dólar en un 50% y se abandonó el patrón oro para hacer subir los precios interiores y que las exportaciones, sobre todo las agrícolas, resultaran competitivas en el mercado internacional.
Agrícolas
Se establecieron precios mínimos para los productos agrícolas, se subvencionaron las exportaciones y se limitaron las cosechas de algodón o tabaco, con indemnizaciones a quienes redujesen la producción. Con todo, los rendimientos subieron y la producción creció en términos absolutos. En general, se produjo una mejora de la situación agrícola.

Medidas de  planificación regional a gran escala
La más importante fue la Tennessee Valley Authority (TVA), un organismo central público que impulsó el desarrollo del valle del río Tennessee. La TVA construyó centrales hidroeléctricas, reguló el curso del río, puso nuevas tierras en regadío, repobló la zona e industrializó el valle. El Estado, propietario de todas las empresas creadas en el valle del río Tennessee, demostró que el poder público era capaz de potenciar el desarrollo integral de una región.

Industriales
En 1933 el Congreso aprobó la National Industrial Recovery Act (NIRA), que limitó la producción industrial para acabar con los excedentes y fijó acuerdos sobre los precios. También estableció un salario mínimo obligatorio y la semana laboral de 40 horas. Aunque la NIRA fue anulada en 1935 por anticonstitucional, la legislación mantuvo los derechos laborales.

El New Deal: segunda fase (1935-1938)
La segunda fase del New Deal se puso en marcha a partir de 1935 con un carácter social:
Con más de diez millones de desempleados, el paro se combatió creando puestos de trabajo en labores de repoblación forestal, construcción de edificios públicos, puentes, aeropuertos y carreteras. Además, el Estado estimuló la concesión de créditos a desempleados con iniciativas emprendedoras.
La política social garantizó, mediante la Social Security Act (1935), los derechos de los trabajadores, por ejemplo: seguros de paro, invalidez y vejez. Se establecieron organismos de arbitraje laboral, y se reconocieron la libertad de asociación y de elección de representantes, así como los derechos de huelga y negociación. Se acometió la construcción de viviendas sociales.

Los efectos del New Deal
El New Deal incidió en la transformación de la economía y la sociedad estadounidense:
La recuperación económica se logró gracias al aumento de la demanda de productos, la recuperación de los precios y la reducción del paro. Aunque el poder adquisitivo mejoró y se redistribuyó la riqueza, al faltar más inversión privada, no se eliminó por completo el desempleo.
En el ámbito político y social el pueblo estadounidense recobró su confianza en la democracia y en la participación política, y experimentó el orgullo de pertenecer a una gran nación. El reconocimiento a la labor del presidente Roosevelt fue tal que resultó reelegido en 1936, 1940 y 1944, hecho insólito hasta entonces.

3.4. Reino Unido y Francia: las soluciones monetaristas
En otros países se adoptó una política monetarista, según la cual los Estados se centraron en medidas destinadas a regular la cantidad de dinero en circulación. Tales fueron los casos del Reino Unido y Francia.

Reino Unido
En el Reino Unido, en agosto de 1931, el laborista Ramsay MacDonald dirigió un "Gobierno nacional" con miembros de todos los partidos. Devaluó la libra esterlina para activar la industria nacional y las exportaciones. Se construyeron viviendas sociales y se otorgaron créditos baratos. Se impulsaron los intercambios con las colonias y se creó la British Commonwealth of Nations (1931-1946), una organización de colaboración económica y cultural entre el Reino Unido y sus antiguos dominios, ahora Estados soberanos: Unión Sudafricana, al Estado libre de Irlanda, Canadá, Terranova, Australia y Nueva Zelanda.
Esta política logró aumentar la producción industrial, reducir el paro y estimular los intercambios comerciales y el consumo, gracias a los bajos precios internacionales de los alimentos y de las materias primas que importaba el Reino Unido.

Francia
Entre 1932 y 1936, los gobiernos de derecha recurrieron a medidas deflacionistas como la reducción del gasto público, la limitación de salarios y la bajada de precios. Con ellas aumentó el paro, cayeron los precios agrícolas y se redujeron los beneficios, lo que favoreció la llegada de la izquierda al poder, el Frente Popular, (1936). Bajo la presidencia del socialista León Blum, se adoptaron estas iniciativas:
Los acuerdos de Matignon, pactados entre la patronal y la clase obrera, fueron ratificados por la Asamblea Nacional el 12 de junio de 1936. Establecían un amplio aumento salarial, el pago de quince días de vacaciones anuales y la jornada semanal de 40 horas. También la firma de convenios laborales[5].
La moneda francesa, el franco, dejó el patrón oro en julio de 1937.
Se realizaron grandes obras públicas y nacionalizaciones.

Aunque el paro se redujo y se lograron mejoras laborales, los precios crecieron por encima de los salarios, lo que aumentó el malestar social. A finales de los años treinta, el Gobierno de Edouad Daladier llevó a cabo una política más liberal que devalúo otra vez el franco, abarató los créditos y recortó los derechos sociales.

El derecho a dos semanas de vacaciones pagadas fue una de las primeras medidas adoptadas por el Gobierno de Léon Blum en Francia. La fotografía de Henri Cartier-Bresson (1938), un artista comprometido, retrata el descanso de unos trabajadores a orillas del río Sena.

3.5. Alemania: la autarquía
Para salir de la crisis, la República de Weimar (1919-1933) realizó una política deflacionista mediante altos impuestos, el control del gasto público y el descenso de salarios y precios. Esto provocó un bajo consumo, el aumento del paro y un gran malestar social.
En enero de 1933, Adolf Hitler alcanzó la Cancillería alemana e implantó el Tercer Reich. Su política económica recurrió a la autosuficiencia y a la interrupción de cualquier intercambio con el exterior, es decir, a la autarquía. De este modo:
La política de obras públicas reactivó la industria y acabó con el paro.
El rechazo del Tratado de Versalles contribuyó al desarrollo de la industria militar y al rearme alemán.
La financiación interior se logró mediante altos impuestos y emisiones de deuda pública, hacia la que se canalizó el ahorro familiar.
En consecuencia, Alemania logró el pleno empleo (en parte, gracias al Ejército) y el crecimiento industrial. Logró contener la inflación, aunque los salarios se estancaron y se limitó el consumo. Sin embargo, la industria bélica y de productos alimenticios necesitaba importar materias primas y colocar sus excedentes en otros países, lo que desencadenó una política imperialista de Alemania en Centroeuropa.

4. Consecuencias

Las consecuencias de la Gran Depresión fueron muy profundas y afectaron a todos los órdenes de la vida.

4.1. Consecuencias económicas
Las consecuencias económicas fueron muy notables:
La producción industrial de Estados Unidos descendió hasta rozar el 50% en 1932. Solo en 1936 pudo recobrar los niveles de 1929.
Los precios agrícolas del trigo se desplomaron, lo que provocó la ruina de muchos agricultores.
Los Estados intervinieron en economía, rompiendo la doctrina del liberalismo económico del siglo XIX.
El comercio internacional se redujo a la mitad. Los países industrializados no pudieron dar salida a sus productos, mientras que los países exportadores de materias primas no encontraron mercados y padecieron con mayor intensidad la caída de los intercambios.
Se impuso el proteccionismo, que gravó con impuestos la importación de productos provenientes de otros países. A su vez, el bilateralismo limitó el comercio a los países con los que existiese un tratado previo. Con ello, los Estados aumentaron sus competencias y los pueblos pasaron a relacionarse con recelo.

En Estados Unidos, el New Deal se inspiró en las teorías económicas de John Maynard Keynes, enfrentado al liberalismo económico y a la inhibición del Estado. El keynesianismo fue partidario de la intervención estatal en la economía y del mantenimiento de salarios altos para estimular la demanda. Ello suponía aceptar una "inflación controlada", que sería neutralizada por el pleno empleo y el elevado consumo.

John Maynard Keynes (1883-1946), economista y profesor de la Universidad de Cambridge, ha sido uno de los teóricos más influyentes en el siglo XX. Autor de "Teoría general del empleo, el interés y el dinero" (1936), sus escritos inspiraron la política de Roosevelt y dieron forma a la reconstrucción europea tras la Segunda Guerra Mundial.

4.2. Consecuencias políticas
En el orden internacional se generaron recelos entre los países, que se acusaban unos a otros de haber causado la crisis y luchaban por los mercados con políticas proteccionistas. Algunos, como Alemania, ejecutaron acciones imperialistas sobre sus vecinos en la búsqueda de materias primas o mercados.
En política interior, las democracias parlamentarias quedaron desacreditadas, incapaces para encontrar soluciones. Se instauraron regímenes autoritarios, e incluso totalitarios, como el fascismo italiano o el nazismo alemán, que impusieron políticas económicas nacionalistas y autárquicas. Al mismo tiempo, frente al peligro de la dictadura y las dificultades económicas, las izquierdas se agruparon en frentes populares, como los que triunfaron durante las elecciones generales de 1936 en España y Francia.

4.3. Consecuencias demográficas
Estados Unidos y otros países americanos acogieron a millones de inmigrantes europeos desde mediados del siglo XIX. La Gran Depresión provocó un descenso de la natalidad en los países industrializados provocado por la dificultad económica de aquellos años. Hubo una reducción de las migraciones transoceánicas de europeos hacia el continente americano. En cambio, aumentaron las migraciones internas a la búsqueda de fortuna y se frenó el éxodo rural.

4.4. Consecuencias sociales
El paro se convirtió en un drama social. Más de 30 millones de trabajadores quedaron desempleados en el conjunto de países industrializados. Aunque la situación fue mejorando, a fines de los años treinta el nivel de desempleo era aún muy elevado. Los parados se transformaron en personas desalentadas y sin perspectivas, abocados a subsistir de la beneficencia pública.
El movimiento obrero creció auspiciado por la crisis del capitalismo y por el desarrollo económico de la Unión Soviética. Los partidos socialistas y comunistas, así como los sindicatos, aumentaron su influencia social y política.

Esta fotografía fue tomada por Dorotea Lange en 1936. Retrata a Florence Owens Thompson, una campesina californiana de 32 años, madre de 7 hijos, desposeída de sus tierras y obligada a desplazarse por el oeste de Estados Unidos. Publicada en el San Francisco News el 11 de Marzo de ese año, simbolizó la falta de horizontes y la desesperanza propia de la Gran Depresión.

5. Sociedad, cultura y arte de entreguerras

5.1. La sociedad de entreguerras
La Gran Guerra y la Revolución Rusa produjeron enormes transformaciones sociales. El proceso de urbanización quitó peso al mundo rural, en tanto el tráfico de vehículos de todo tipo cambiaba la fisonomía de las grandes ciudades. Se fue imponiendo un nuevo modo de vida caracterizado por el estrés, los ruidos, los semáforos y los anuncios luminosos.
Los sectores burgueses y aristocráticos comenzaron a abandonar los centros históricos de las ciudades para establecerse en su extrarradio, en viviendas más amplias y confortables situadas en contacto con la naturaleza.
El bienestar material y el deseo de vivir de manera desenfadada para olvidar la pesadilla de la guerra ampliaron el tiempo de ocio. Proliferaron los medios de comunicación de masas, como la radio y la prensa, y los grandes espectáculos masivos, como el fútbol, el béisbol y el cine. Con ellos, los gustos y costumbres de los diversos sectores sociales tendieron a uniformarse.
En especial, el cine alcanzó un impacto decisivo con la invención del cine sonoro en 1927. Muchas generaciones de la época asistieron fascinadas al nuevo arte cinematográfico, que dejó de ser una curiosidad para convertirse en una poderosa industria y una “fábrica de sueños”, además de un extraordinario medio de comunicación.

El cine pasó de las películas mudas en blanco y negro a las sonoras en color. Aparecieron poderosas compañías cinematográficas y sus grandes estrellas se convirtieron en mitos. Destacaron Charles Chaplin, director y protagonista de películas con un fuerte compromiso social, y la productora de Walt Disney, que popularizó las películas de animación empezando con Blancanieves en 1937.

Como potencia hegemónica y política, Estados Unidos fue el país pionero de estos cambios. El cine de Hollywood popularizó su modelo de crecimiento y consumo generalizado. Tras el crash del 29, esta imagen de sociedad próspera y desenfadada comenzó a resquebrajarse.
Por otra parte, las mujeres comenzaron a liberarse. Apareció un nuevo modelo de mujer que, alejada del papel tradicional de madre y buena esposa, era más libre e inconformista. Representante de las clases medias y aristocráticas, seguía los estereotipos femeninos del cine y procuraba estar a la vanguardia de la moda.

Durante los “los felices años veinte”, los automóviles inundaron el paisaje urbano, la moda se volvió más atrevida y, entre las diversiones, hicieron furor el charlestón, el jazz y el swing.

5.2. La cultura de entreguerras
La Primera Guerra Mundial provocó la crisis de los valores cívicos y morales sobre los que se había forjado la industrialización. La fe en el progreso, en la Ciencia y en la búsqueda del bienestar material quedó en entredicho.
Paulatinamente se extendió el pesimismo. El historiador Oswald Spengler, con su obra La decadencia de Occidente, declaró el ocaso de los valores occidentales.
Otros pensadores hablaron de la recuperación de Europa. El español Ortega y Gasset, en su obra La rebelión de las masas, enfatizó la ausencia del antiguo liderazgo europeo en aquella Europa decadente. Por su parte, el político francés Aristide Briand planteó un proyecto federal europeo para salir de la crisis política.
En Estados Unidos, un lúcido grupo de escritores dio fiel testimonio de la dura realidad en los tiempos de la Gran Depresión. Fue la llamada Generación perdida, entre los que se encontraban autores como John Steinbeck, Ernest Hemingway, William Faulkner, Francis Scott Fitzgerald o John Dos Passos.

La radio se convirtió en un elemento indispensable en los hogares de los países desarrollados. El nuevo medio de comunicación abrió nuevos horizontes a la información, el entretenimiento y la formación.

5.3. La ciencia de entreguerras
Frente a la física tradicional, que no permitía explicar algunos fenómenos naturales, surgió la Física cuántica, que construyó una visión diferente del universo, en la que las leyes determinadas (causa-consecuencia) quedaban sustituidas por otras basadas en la probabilidad. Destacaron los trabajos de Max Planck, David Bohr y Werner Heisenberg. Albert Einstein dio forma a su teoría de la relatividad general. Enrico Fermi ensayó con la fisión del uranio en 1934 y en 1938, Hahn y Strassman lo hicieron con la fisión nuclear artificial.
En Biología, los trabajos sobre la herencia y el gen ocuparon a muchos científicos. Baur, Fischer y Lenz formularon la teoría de la herencia y Morgan, la del gen.
La Química orgánica avanzó con los trabajos sobre la licuación del carbón y el hidrógeno pesado, y con la invención del nailon en 1938.
En Medicina, los principales descubrimientos fueron la insulina, la penicilina, los antibióticos y el grupo sanguíneo. Ramón y Cajal, que había recibido el premio Nobel de Fisiología y Medicina, publicó en 1914 Degeneración y regeneración del sistema nervioso. Sigmund Freud revolucionó el mundo de la psicología con sus estudios sobre el subconsciente (psicoanálisis).
En Tecnología, los mayores progresos tuvieron lugar en el campo de las telecomunicaciones. En 1921 se hicieron los primeros ensayos de radio en París, empleando la Torre Eiffel como antena y, en noviembre del año siguiente, la BBC emitió su primer programa de radio no experimental. La televisión realizó sus primeras retransmisiones con motivo de los Juegos Olímpicos de Berlín.

5.4. El arte de entreguerras

Vanguardias
El período de entreguerras tuvo una gran producción artística.
Todas las artes se vieron afectadas por la aparición de las vanguardias. Fueron movimientos artísticos de muy corta duración que, desarrollados en Europa entre 1910 y 1945, tuvieron su centro en París. Sirvieron para desmontar el antiguo concepto de la pintura y escultura tradicionales. Los principales movimientos vanguardistas fueron:

Expresionismo
Buscaba expresar con la pintura emociones intensas mediante la distorsión de las formas.
Fovismo
Se basa en el uso arbitrario de colores muy llamativos y vivos.
Cubismo
Reducía las formas a sus volúmenes básicos desde muchos puntos de vista.
Surrealismo
Expresaba mundos irreales mediante asociaciones insólitas de seres y objetos.
Dadaísmo
Defendía la destrucción del arte y su sustitución por el azar y la arbitrariedad.

Escultura
En escultura se desarrollan nuevas experiencias. El hueco pasó a valorarse como recurso expresivo y dinámico, en tanto se inició una tendencia hacia la abstracción. Además, aparecieron nuevos materiales (hierro, vidrio, hormigón, cartón, plástico) y técnicas como la fundición, la forja, la soldadura y el encofrado.
Pablo Gargallo, Pablo Picasso y Julio González fueron los representantes destacados de la nueva escultura. De otra parte, Alexander Calder experimentó con sus esculturas móviles.

Arquitectura
El período de entreguerras fue la época dorada de la arquitectura moderna gracias al empleo de nuevos materiales, especialmente el hierro. Se desarrollaron dos corrientes:
El racionalismo o funcionalismo adoptó las nuevas técnicas y materiales de construcción a las necesidades del hombre del siglo XX. Este compromiso social hizo acuñar su lema: “Las formas siguen a la función”. Sus figuras más destacadas fueron Le Corbusier y Walter Gropius, fundador de la escuela de la Bauhaus (Alemania, 1919).
El organicismo pretendió “poner los medios técnico al servicio del hombre” frente a la excesiva rigidez del funcionalismo. Dio preferencia a los aspectos humanos individuales y buscó la armonía con el entorno natural. Su creador más importante fue el norteamericano Frank Lloyd Wright, autor de la Casa de la Cascada.



[1] Crash: término inglés que significa quiebra, colapso o hundimiento financiero.
[2] Depresión: fase de un ciclo económico en la que se produce una disminución de la actividad económica.
[3] Intervencionismo económico: sistema económico que defiende la actuación del Estado en la economía.
[4] Devaluar: rebajar el valor de una moneda o de otra cosa.                              
[5] Convenios laborales: acuerdos libremente aceptados, fruto de la negociación entre representantes de los trabajadores y de los empresarios, en los que se incluyen normas que regulan las condiciones de trabajo: salarios, jornada laboral, etc. Pueden establecerse en una empresa concreta o en todo un sector productivo.

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